Sheila Casas y Álvaro Muñoz Escassi han puesto fin a su relación tras menos de un año juntos. La abogada y el jinete han anunciado la ruptura a través de un comunicado conjunto en sus redes sociales, en el que aseguraban haber tomado caminos separados «desde el respeto y el cariño». Un cierre discreto para una historia que comenzó entre titulares y cámaras. Ahora, lejos del ruido mediático, Sheila encuentra su refugio en una vivienda de ensueño a las afueras de Madrid, muy cerca del término municipal de El Escorial.
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Un ‘loft’ neoyorquino en plena sierra madrileña
Reformado por completo hace poco más de un año, el piso de Sheila Casas responde al espíritu de los lofts industriales del SoHo neoyorquino: paredes de ladrillo visto, techos altos, estructuras metálicas, materiales nobles y una distribución abierta.
Valorada en más de 500.000 €, la vivienda destaca por una estética cuidada, atemporal y sofisticada. Sheila ha apostado por un interiorismo con personalidad, donde el metal, la madera envejecida, las fibras naturales y los tonos neutros conviven en perfecta armonía.

El corazón de la casa es su salón de doble ambiente, que integra una zona de descanso con un sofá de inspiración vintage y chimenea metálica de leña. Además de un rincón de lectura con biblioteca empotrada, escritorio y butaca retro. Todo ello enmarcado por grandes ventanales que inundan el espacio.
El Escorial, elegido por los que no quieren ser vistos
La casa de Sheila cuenta con una superficie estimada de entre 100 y 120 metros cuadrados, distribuidos en una única planta abierta, con estancias integradas. Está situada en una parcela privada a las afueras de El Escorial, una de las zonas residenciales más exclusivas del noroeste de Madrid.
Este enclave, conocido por su entorno natural privilegiado, sus vistas a la Sierra de Guadarrama y su cercanía al emblemático Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, es elegido por familias y perfiles discretos que buscan tranquilidad, privacidad y calidad de vida sin renunciar a la conexión con la capital.

Las viviendas en esta área suelen ser chalets independientes, pisos de alto standing o residencias unifamiliares con parcela, muchas de ellas reformadas con diseño contemporáneo o integradas en urbanizaciones con vigilancia.
La zona combina historia, naturaleza y una creciente oferta de servicios de lujo, lo que eleva su valor inmobiliario y la convierte en una opción muy cotizada dentro del mercado madrileño.