MADRID

Un policía evita que un atrincherado con trastornos mentales acuchille a unos sanitarios en Madrid

El detenido amenazó a sanitarios y policías con un cuchillo de gran tamaño

Un policía logró convencerle de que se entregara y dejara los cuchillos

atrincherado
Agente de Policía Nacional.
Ángel Moya

La veteranía de un policía nacional ha evitado que  un hombre con problemas mentales atrincherado en su piso de San Blas, Madrid, acabara en tragedia. El detenido arremetió con un cuchillo de gran tamaño contra los sanitarios del 112 y policías que acudieron a su domicilio alertados por su familia debido al brote violento que sufría el agresor. Los agentes evacuaron la vivienda y uno de ellos consiguió que el atrincherado terminara entregándose a la Policía a través a de una ventana de la vivienda.

Los hechos arrancaron a mediodía de este martes 1 de octubre en el barrio madrileño de San Blas, cuando se recibió una llamada de alerta por parte de los familiares del arrestado denunciando que el sujeto estaba sufriendo un brote violento que ponía en peligro sus vidas. De inmediato, el 112 envió una ambulancia psiquiátrica al domicilio con una escolta de un zeta (un coche patrulla) de la Policía Nacional.

Al llegar a la vivienda, un primer piso, los sanitarios lograron tranquilizar durante un buen rato al hombre bajo la atenta vigilancia de los policías. Fue cuando los médicos le comunicaron que debían trasladarle e ingresarle de inmediato en el ala psiquiátrica del hospital, cuando el hombre de 53 años y nacionalidad brasileña sacó de entre su ropa un cuchillo enorme y arremetió contra todos gritando: «O me pegáis un tiro o no me lleváis al hospital».

Otro cuchillo oculto

La reacción de los agentes fue evacuar la vivienda de inmediato, sacando a los sanitarios del piso y a la mujer del agresor, todos indemnes sin una sola herida. Dentro quedó el material de los sanitarios y el agresor, que aprovechó para atrincherarse en la casa, negándose a recibir ningún tratamiento.

Los refuerzos de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) de la Policía no tardaron en llegar, pertrechados con escudos y un ariete para derribar la puerta, mientras los policías de los coches patrulla rodeaban la fachada del edificio.

Tras casi dos horas de tensión, atrincherado en su vivienda, el agresor hizo aparición por una ventana lateral del inmueble, momento en el que uno de los miembros de los zetas de la Policía aprovechó para establecer contacto con él.

Esposado a una tubería

«Te comprendo, pero entrégate, entiendo que te encuentras mal, pero somos policías y si sigues así tendemos que intervenir, tendemos que derribar la puerta y todos podemos salir heridos»,  le dijo el agente al hombre atrincherado, con el que se entendía a duras penas en español.

Tras un buen rato intentando que el atrincherado entrara en razón, el agresor arrojó el cuchillo y le tendió la mano al agente. El policía le esposó el brazo a una tubería de la fachada para evitar que atacara a sus compañeros que en ese momento estaban derribando la puerta de la vivienda. De esta forma, también evitó que el atrincherado se autolesionara.

Una vez detenido, los policías cachearon al hombre atrincherado y le encontraron un segundo cuchillo de menor tamaño escondido en los calcetines. El suceso terminó sin heridos y con el hombre ingresado en el Hospital Ramón y Cajal.

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