Virus del Nilo en España: 38 casos y cinco muertes en el segundo mayor brote desde 2007

No existen vacunas para humanos ni tratamientos específicos para la enfermedad

virus del nilo
Operarios fumigando distintos campos para acabar con el mosquito que propaga el virus del nilo.
Diego Buenosvinos
  • Diego Buenosvinos
  • Especialista en periodismo de Salud en OKDIARIO; responsable de Comunicación y Prensa en el Colegio de Enfermería de León. Antes, redactor jefe en la Crónica el Mundo de León y colaborador en Onda Cero. Distinguido con la medalla de oro de la Diputación de León por la información y dedicación a la provincia y autor de libros como 'El arte de cuidar'.

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España afronta su segundo mayor brote de virus del Nilo Occidental desde que comenzó la vigilancia de esta enfermedad en humanos en 2007. Hasta la fecha, se han registrado 38 casos, lo que representa un incremento del 89 % en comparación con los 21 casos reportados en todo el año 2023. Además, cinco personas han fallecido, dos más que el año pasado.

Recientemente, Extremadura informó sus tres primeros casos de este curso: un hombre de 60 años, actualmente en la UCI; otro hombre de 41 años; y una mujer de 31 años. Estos casos se suman a los 35 ya detectados en varios municipios de Sevilla durante el verano.

Estos 38 casos son casi la mitad del pico registrado en 2020, cuando se notificaron 77 casos, tras dos años sin incidencias. En ese año, los casos se distribuyeron entre las provincias de Sevilla (56), Cádiz (15) y Badajoz (6), con un total de ocho fallecidos, según datos del Instituto de Salud Carlos III.

El repunte de casos en 2020 se atribuye probablemente a un aumento en la sensibilidad diagnóstica a raíz de la pandemia de covid, así como a factores ambientales como las altas temperaturas que incrementan la densidad de mosquitos. Además, se implementaron medidas preventivas tras esa temporada.

Primer caso documentado en 2004

Antes del verano, las autoridades sanitarias ya habían anticipado una temporada complicada para las enfermedades transmitidas por vectores, que generalmente va de mayo a octubre.

El virus del Nilo Occidental es una enfermedad de declaración obligatoria (EDO) urgente en España desde 2015. Se transmite por la picadura de mosquitos comunes del género Culex infectados, que se alimentan de sangre de aves. Los humanos y los équidos son los mamíferos más susceptibles a esta enfermedad.

Aunque desde hace décadas se conocen las áreas donde circula el virus, como las marismas del Guadalquivir en Sevilla, la comarca de La Janda en Cádiz, determinadas zonas lacustres de Extremadura y el Delta del Ebro en Cataluña, los expertos advierten que podrían aparecer nuevos focos en otras partes del país.

Los primeros dos casos humanos se reportaron en 2010 en Cádiz, aunque retrospectivamente se confirmó un caso en Badajoz en 2004.

Zonas afectadas por el virus del nilo

Desde el pico de 2020, se han registrado casos humanos anualmente: seis en Sevilla en 2021, y cuatro en 2022, dos de ellos en Andalucía y dos en Cataluña. Fue la primera vez que el virus apareció en Tarragona y Córdoba.

En 2023, se detectaron 21 casos positivos, incluido uno importado desde Marruecos. De estos, 14 requirieron hospitalización y tres fallecieron. En cuanto a los casos autóctonos, 15 fueron diagnosticados en Extremadura, dos en Andalucía y uno en las comunidades de Valencia, Castilla-La Mancha y Cataluña. Esta temporada también se han reportado casos en nuevas ubicaciones, como Barcelona, Cáceres, Huelva, Valencia y Toledo.

Además, cada temporada se han identificado brotes en explotaciones equinas, principalmente en la cuenca del Guadalquivir, así como en Extremadura, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Cataluña y, por primera vez, en la Comunidad Valenciana en 2020. Este año, los brotes se han concentrado en Huelva, Sevilla y Cádiz.

El 80 % de los casos son asintomáticos

La mayoría de las infecciones (80 %) son asintomáticas. Los síntomas más comunes incluyen fiebre y mialgias, y menos del 1 % de los infectados puede desarrollar complicaciones neurológicas, como meningitis, encefalitis o parálisis flácida. De estos casos graves, el 10 % podría resultar en la muerte.

El riesgo de complicaciones aumenta con la edad, y es mayor en hombres, receptores de órganos, personas con consumo excesivo de alcohol, diabetes, enfermedades renales crónicas, enfermedades cardiovasculares, hipertensión, cáncer o inmunosupresión. Entre el 30 % y el 60 % de las personas afectadas por manifestaciones neurológicas pueden sufrir secuelas.

No existen vacunas para humanos ni tratamientos específicos para la enfermedad, por lo que la prevención se centra en medidas de control de mosquitos y protección personal contra las picaduras, como el uso de repelentes, mosquiteras y evitar la exposición en las horas de mayor actividad de los insectos (amanecer y atardecer). También es fundamental la identificación y manejo adecuado de los casos con afectaciones neurológicas.

La transmisión de persona a persona es extremadamente rara, y puede ocurrir únicamente a través de transfusiones de sangre, trasplantes de órganos, vía transplacentaria o por exposición accidental en entornos como laboratorios y autopsias.

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