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Viruela del mono: los siete días de emergencia sanitaria con la inexplicable ausencia de Mónica García

La ministra García ha permanecido de vacaciones sin dar explicaciones hasta pasados siete días de la emergencia por mpox

  • Diego Buenosvinos
  • Especialista en periodismo de Salud en OKDIARIO; responsable de Comunicación y Prensa en el Colegio de Enfermería de León. Antes, redactor jefe en la Crónica el Mundo de León y colaborador en Onda Cero. Distinguido con la medalla de oro de la Diputación de León por la información y dedicación a la provincia y autor de libros como 'El arte de cuidar'.

A lo largo de la historia reciente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado emergencias de salud pública de importancia internacional en varias ocasiones, incluyendo la pandemia covid en marzo de 2020, la epidemia de ébola en África Occidental en 2014, y el brote de Zika en 2016. Estas declaraciones han jugado un papel clave en la movilización de una respuesta global coordinada y en la mitigación de los impactos de estas crisis de salud, como ha vuelto a ocurrir esta semana de nuevo con la viruela del mono.

La OMS declaró el pasado 14 de agosto, emergencia sanitaria internacional el brote de viruela del mono (mpox), como ya lo hiciera en 2022, tratando de poner el foco en occidente, para poner freno a la expansión de una nueva variante mucho más contagiosa y letal y ofrecer ayuda a los países de África más afectados.

La viruela del mono o mpox, es una enfermedad viral rara que se transmite a los humanos a través del contacto con animales infectados, principalmente roedores y primates. Es causada por el virus que pertenece al género Orthopoxvirus de la familia Poxviridae, el mismo grupo que incluye la viruela humana.

Así, en un mundo globalizado, las pandemias presentan un riesgo significativamente mayor para la humanidad. La interconexión global, caracterizada por el rápido transporte internacional, el comercio globalizado y la urbanización, facilita la propagación de enfermedades infecciosas a una velocidad sin precedentes. Los viajes aéreos permiten que un virus se traslade de un continente a otro en cuestión de horas, mientras que las cadenas de suministro internacionales pueden diseminar productos contaminados o vectores de enfermedades en tiempo récord.

Además, la densidad poblacional en las ciudades y la cercanía entre personas aumentan las posibilidades de transmisión de un virus, como se evidenció durante la pandemia covid. Las infraestructuras de salud pueden verse rápidamente abrumadas, especialmente en áreas con recursos limitados o en países en desarrollo, donde los efectos pandémicos pueden tener consecuencias devastadoras.

Sin embargo, el desafío radica en encontrar un equilibrio entre los beneficios de la globalización y los riesgos que presenta. La preparación y la colaboración internacional son fundamentales para minimizar el peligro que representan las pandemias en un mundo tan interconectado.

Pese a todo ello, durante una semana, la viruela del mono ha mantenido en alerta a los sistemas sanitarios de todo el mundo. La Unión Europea, a pesar de indicar que la posible transmisión de mpox en sus regiones era «bajo», dejo, una vez más entrever, una preocupante lentitud a la hora de tomar decisiones como ya ocurriera con el covid.

Si recordamos la pandemia de covid-19 y la gestión del gobierno de Pedro Sánchez, son notables los errores que se tomaron en la toma de decisiones. Desde la falta de implementación oportuna de medidas sanitarias, sociales y políticas, hasta una reacción excesivamente lenta en la adquisición de equipos de protección para el personal sanitario, como epis o mascarillas. Esta falta de decisión política y eficacia en la respuesta sanitaria contribuyó a que España se convirtiera en uno de los países con mayor número de fallecimientos en Europa, evidenciando serias dificultades para manejar la crisis de manera efectiva. Pero es que ahora, con mpox, España repite como líder en número de casos de esta patología en Europa, con más de 8.000 diagnósticos.

Mónica García, sexta ministra de Sanidad

Pero a pesar de aquel aprendizaje, y que Mónica García, la sexta ministra de Sanidad de la era de Pedro Sánchez, fue una activista compulsiva contra la actuación sanitaria del covid de la Comunidad de Madrid, ha demostrado que su función principal en política es la crítica, pues, como gestora de la sanidad española, ha vuelto a ralentizar la acción del Gobierno, ante una crisis sanitaria como ha sido mpox con una nimia y tardía respuesta sanitaria, desoyendo a Madrid que ha pedido, por ejemplo, mayor control en el aeropuerto de Barajas.

Así, a pesar de que a finales de 2023, Mónica García, defendió la necesidad de estar preparados para futuras pandemias, el desarrollo de su proyecto estrella, la Agencia Estatal de Salud Pública, se mantiene estancado. Este organismo, que debería ser clave para la detección precoz y respuesta rápida ante emergencias sanitarias, aún no se ha comenzado a desarrollar y su implementación no se espera hasta 2025, como ha señalado el propio director general de Salud Pública, Pedro Gullón.

Desde que la OMS decretó la emergencia sanitaria internacional el pasado 14 de agosto hasta que la ministra García, convocó a las autonomías, pasaron siete días, si contamos que la resolución conjunta se alcanzó en la reunión del miércoles día 21. Es cierto que no se han descrito casos en España de la nueva variante claro II, que se conozcan, ya que como ha señalado la consejera de Sanidad de Madrid, Fátima Matute, «hasta el día de hoy» -por el 21 de agosto-, el Centro Nacional de Microbiología no es capaz de diferenciar las variantes».

El Ministerio de Sanidad ha advertido que España sólo dispone de un stock de 500.000 vacunas contra la viruela del mono, pero que se pueden usar dividiéndose a 1/5 de dosis por vía intraepidérmica para desplegar así alrededor de dos millones de dosis, es decir, una improvisación más.

La viruela del mono, conocida como monkeypox en inglés, se convirtió en el eco de todo lo que está fallando en África, como es la atención sanitaria o la vacunación. Éstas son las principales fechas de la emergencia sanitaria internacional desde la eclosión de la viruela del mono que se han sucedido en España:

23 de julio de 2022: la Organización Mundial de la Salud (OMS declara el brote de viruela del mono como una Emergencia de Salud Pública de Importancia Internacional (ESPII). Este es un nivel de alerta alto que indica una amenaza significativa para la salud global.

27 de julio de 2022: el Ministerio de Sanidad de España confirma los primeros casos de viruela del mono en el país. La situación se considera bajo vigilancia y las autoridades -regiones- comienzan a coordinar una respuesta nacional.

Agosto de 2022: España se convierte en uno de los países con mayor número de casos en Europa. Las autoridades sanitarias implementan medidas para controlar la propagación, incluyendo recomendaciones sobre el aislamiento de los casos y el uso de equipos de protección personal para los profesionales de salud.

Septiembre de 2022: España -las comunidades-, comienza a organizar campañas de vacunación para las poblaciones de alto riesgo, incluyendo contactos cercanos de casos confirmados y trabajadores de salud expuestos.

Noviembre de 2022: se reporta un aumento en el número de casos en varias comunidades autónomas. Las autoridades locales intensifican las campañas informativas y de prevención.

Enero de 2023: la vacunación contra la viruela del mono se amplía a más grupos de riesgo y se realizan esfuerzos adicionales para aumentar la disponibilidad de vacunas. También se intensifica la vigilancia epidemiológica y se realizan estudios sobre la eficacia de las medidas de control.

Mayo de 2023: se observa una disminución en el número de nuevos casos, lo que sugiere que las medidas de control y vacunación están teniendo un efecto positivo. Sin embargo, las autoridades continúan monitoreando la situación de cerca y ajustando las estrategias según sea necesario.

Agosto de 2023: se reporta un descenso en la incidencia de nuevos casos, y las autoridades de salud públicas comienzan a hacer evaluaciones sobre la respuesta al brote y a ajustar las políticas de prevención y control para la fase de recuperación.

Enero de 2024: la situación se considera bajo control, pero las autoridades mundiales ya comienzan a pedir control porque en distintos países de África una nueva variante se encuentra en peligrosa expansión. En España, no existe ningún radar de control y el ministerio de Sanidad no pone en marcha sistemas que puedan garantizar la detección del nuevo virus. Sólo se puede detectar el apellido del viejo patógeno claro I.

Agosto de 202: el 14 de agosto, la OMS declara emergencia sanitaria internacional el brote de viruela del mono. Sólo las comunidades autónomas toman las riendas de la crisis sanitaria, mientras que la ministra, Mónica García, ha permanecido de vacaciones sin dar explicaciones hasta pasados siete días.

Cerca de 40.000 dosis inoculadas

En la actualidad, los esfuerzos de las autoridades sanitarias se centran en lograr que de las 40.000 personas que se han vacunado desde 2022, se pueda administrar la segunda dosis a las 20.900 que sólo recibieron la primera. Esto es crucial, ya que una sola dosis no proporciona la protección del 80% necesaria.

La vacuna de la viruela del mono en España, Imvanex, se administra tanto por vía subcutánea (pauta de 0,5 mililitros) o por vía intradérmica (pauta de 0,1 mililitros) y son necesarias dos dosis para adquirir una pauta completa.

Por último, de los 267 casos detectados en 2024, la mayor parte de los afectados fueron hombres (98%), el 62,2% con edades entre los 30 y 49 años, con una mediana de 37 años. Solo hubo 12 hospitalizaciones por la infección, todos ellos fueron hombres, con una mediana de edad de 30,5 años.

Con respecto a los síntomas, 194 casos (76,4%) presentaron alguna sintomatología general a lo largo de su proceso clínico (fiebre, astenia, dolor de garganta, dolor muscular o cefalea), siendo la fiebre la más frecuente (156 casos, 61,4%), y 120 casos (47,2%) presentaron linfadenopatías localizadas y siete (2,8%) generalizadas. El exantema se localizó en la zona anogenital en 194 casos (76,4%), en la zona oral-bucal en 44 casos (17,3%) y en 138 (54,3%) en otras localizaciones.