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Este manjar de dioses es una de las mejores carnes de España, pero la mayoría no ha oído nunca su nombre

  • Sofía Narváez
  • Periodista multimedia graduada en la Universidad Francisco de Vitoria, con un Máster en Multiplataforma por la Universidad Loyola. Editora en Lisa News con experiencia en CNN y ABC.

Para una buena comida, ya sea entre semana o un sábado por la noche con amigos, hay pocas cosas más sabrosas que una buena barbacoa. El aroma, la carne un poco carbonizada por fuera y tierna por dentro… eso es algo que no falla. Un manjar de dioses en toda regla.

Hay una amplia variedad de carne. Está el lomo, el secreto, el solomillo… pero hay un corte de cerdo que, aunque no suena tanto, quien lo prueba no deja de repetir. Los carniceros lo conocen bien, pero muchos se lo pierden sin saber lo que vale.

Este es el corte de carne que pocos piden, pero todos repiten

El corte de carne que es una exquisitez pero que muy pocos conocen es el abanico ibérico. Proviene del cerdo ibérico, y su nombre no es aleatorio: tiene forma de abanico cuando se despliega y envuelve las costillas por fuera, como una capa fina con vetas de grasa.

Esas vetas son las que hacen que la carne destaque cuando se pone a la plancha o sobre brasas, ya que se funden, se doran y dejan una pieza jugosa, tierna por dentro y crujiente por fuera.

A diferencia del solomillo, que es más magro, el abanico ibérico es irregular. Nunca hay dos cortes iguales, y eso se nota en el plato. Puede que alguno tenga más grasa que otro, y eso es parte del encanto.

¿Cómo preparar el abanico ibérico?

Se puede cocinar entero, en filetes o incluso a dados. Este corte de carne se adapta a casi todos los gustos pero, para que el resultado sea el mejor posible, es crucial seguir bien los pasos.

Ingredientes (para 3 personas):

Preparación:

Una ensalada fresca, patatas al horno, un puré o verduras a la brasa funcionan muy bien. Si quieres algo distinto, puedes probar una salsa ligera tipo chimichurri.

Este es un corte que pocos conocen, pero siempre sorprende. La próxima vez que vayas a la carnicería, pregunta por un abanico ibérico (no en todas lo tienen) y prepárate para descubrir algo distinto.