¿Qué es la apomorfina?
A pesar de sus efectos secundarios en ocasiones agresivos, se sabe que la apomorfina tiene un potente efecto positivo para nuestro cuerpo.
Cuando nos referimos a la apomorfina hablamos de un derivado sintético de la morfina y se emplea para diversas enfermedades como la de Parkinson. Ello se usa como llamada terapia de último recurso en aquellos tratamientos y etapas donde no hay efectos beneficiosos de los medicamentos, en determinados pacientes.
Se suele prescribir, según Medline Plus, en determinadas circunstancias y para diversas enfermedades. La inyección de apomorfina pertenece a una clase de medicamentos llamados agonistas. Funciona al actuar en lugar de la dopamina, una sustancia natural que se produce en el cerebro y se necesita para controlar los movimientos.
¿Cómo se administra?
El médico debe darnos los datos adecuados para poder administrar este tipo de medicamento. Desde Curemos el Párkinson dan a conocer que solamente se puede administrar por vía subcutánea. Y, como su vida media es muy corta, alrededor de 1 hora, hay que utilizarla en infusión continua, salvo en tratamientos de rescate con la pluma de apomorfina.
¿Qué dosis se suele administrar?
Pues depende de cada paciente y dolencia, pero de forma general, la dosis habitual es de 0.15 mg por kilo de peso. Ahora bien, ya se ha nombrado que debe darse de forma paulatina, comenzando con dosis de 2 mg hasta llegar a dosis máximas de 6 mg.
¿Qué beneficios tiene la apomorfina?
Desde esta web, Curemos el Párkinson, nombran que va bien ante diversos síntomas, como pueden ser los dopaminérgicos, además de la rigidez, bradicinesia y temblor, el dolor, los trastornos del sueño, la depresión o la ansiedad.
Así, cuando se suministra apomorfina se incide para reducir estos síntomas. Incluso se puede tratar pacientes con trastornos no dopaminérgicos de la marcha, que evidentemente no mejoraron, pero sí lo hizo el dolor y la calidad del sueño.
¿Tiene efectos secundarios?
Aunque se tolera bien, sí pueden surgir determinados efectos secundarios: somnolencia, aturdimiento y sudoración, además de mareos al levantarse repentinamente.
Se puede mezclar con otro tipo de medicación y suplementos que uno esté tomando, si bien es normal que se diga al médico qué estamos tomando para ver si es compatible con uno u otro tipo de medicación.
Especialmente hay que consultar cuando se está siguiendo un tratamiento para determinadas enfermedades que puede ser más fuerte. Es el caso de la enfermedad de Parkinson, los sedantes más fuertes, aquellos fármacos que usamos para el corazón, antihistamínicos, anticonvulsionantes y relajantes musculares. Por esto hay que tener precaución con dichos medicamentos para que no haya ningún problema.
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