La lactancia materna tras un cáncer de mama es posible y no empeora el pronóstico de las pacientes
En este estudio, que incluye a pacientes de 20 países, han participado 72 pacientes de 18 centros españoles
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El estudio POSITIVE -coordinado en España por el Grupo SOLTI de investigación clínica en cáncer y por el Grupo GEICAM de Investigación en Cáncer de Mama- ha demostrado que es posible hacer lactancia materna tras padecer un cáncer de mama hormonosensible, y suspender el tratamiento hormonal y conseguir un embarazo. De las pacientes que consiguieron tener un hijo en el contexto de este estudio, más de un 60% (196 pacientes) pudieron amamantar y esto no ha influido negativamente en su pronóstico, tras un seguimiento, por ahora, de 41 meses. Estos resultados se han presentado también en el congreso de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO) 2024, que se celebra en Barcelona.
Estos datos completan los presentados anteriormente y publicados por una de las revistas científicas con mayor factor de impacto del mundo, New England Journal of Medicine (NEJM), que evidenciaban que pausar la terapia endocrina para poder quedarse embarazadas -bajo control médico y durante un periodo que no superara los dos años- no incrementa el riesgo de recaída a corto plazo en pacientes jóvenes con cáncer de mama hormonosensible. Esto respondía al primer objetivo del estudio. Un segundo objetivo, cuyos resultados se presentan ahora, era ver si aquellas mujeres que conseguían tener hijos dentro del ensayo podían hacer lactancia materna y en qué circunstancias.
La Dra. Cristina Saura, coordinadora del estudio POSITIVE y oncóloga de Vall d’Hebron y VHIO, afirma: «De las 518 mujeres que se incluyeron en el estudio POSITIVE, 317 consiguieron tener un hijo y, de ellas, 196 lograron hacer lactancia materna. Esto, en sí, ya es un gran resultado que no se había constatado antes, pero, además, se ha evidenciado que no empeora el pronóstico de estas pacientes. Esto es significativo, puesto que el cáncer de mama con receptores hormonales positivos, que es el que hemos evaluado en este estudio, es un subtipo tumoral con el que hay que ser especialmente cautos porque puede presentar un riesgo más elevado de recaída por el aumento de estrógenos durante la gestación. No obstante, y tras un seguimiento limitado por el momento, no hay un mayor índice de recaídas en mujeres que han hecho lactancia materna después de haber conseguido un embarazo. Por supuesto, el seguimiento a largo plazo de estas pacientes será fundamental para corroborar los datos».
Por su parte, el Dr. Manuel Ruiz Borrego, co-coordinador del estudio y jefe de la unidad de Cáncer de Mama del hospital Virgen del Rocío de Sevilla, asegura que «los hallazgos preliminares del estudio son muy esperanzadores, pues indican que las mujeres con cáncer de mama con receptores hormonales positivos pueden ser madres y amamantar a sus hijos sin un riesgo aparente de recaída. Este resultado no solo refuerza la seguridad de no comprometer el pronóstico de las pacientes, sino que también aporta un alivio psicológico a aquellas que deseen optar por la lactancia materna».
De las 196 pacientes que consiguieron hacer lactancia materna dentro del trabajo, un 66% conseguían hacerlo después de haber pasado por una cirugía conservadora del pecho afectado. De ellas, la mayoría hizo lactancia únicamente a través de la mama que no había sufrido el tumor, mientras que un 30% lo hacía con las dos mamas o incluso un 1,5% de las mujeres lo lograban a través del pecho afectado únicamente. Por otro lado, de las pacientes que se habían sometido a una mastectomía (extirpación de todo el pecho afectado por el tumor), 1 de cada 3 conseguían dar el pecho con la otra mama. Así, solo aquellas mujeres que se habían sometido a una mastectomía bilateral (extirpación de los dos pechos durante el tratamiento) tuvieron que renunciar a la posibilidad de amamantar.
Esta evidencia se suma al conocimiento previo aportado por el estudio que demostraba la posibilidad hacer un paréntesis en el tratamiento hormonal -no superior a 2 años- para que las mujeres pudieran intentar quedarse embarazadas cuando su deseo de tener hijos no se hubiera completado antes del inicio del tratamiento oncológico. Estos resultados supusieron ya un gran avance pues, hasta su publicación, la recomendación era empezar a buscar el embarazo pasado un mínimo de 5 años tras haber superado el cáncer de mama y siempre que no hubiera ninguna recaída. «Una ventana temporal que puede dificultar la planificación familiar en muchas ocasiones por la edad de la paciente. Por eso, hemos querido buscar alternativas para aquellas mujeres que desean ser madres tras el diagnóstico de un cáncer de mama localizado y no desean esperar 5 años tras el tratamiento», apunta la Dra. Saura.