Impulsan «apps» para ligar entre discapacitados o comunicarse con sordociegos

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Una aplicación desarrollada por la ONCE para facilitar la comunicación entre sordomudos con el resto de la población y otra que funciona como un Tinder aunque solo para personas con discapacidad intelectual, son dos de los proyectos de innovación digital en ámbito social que se han presentado en el Congreso Mundial del Móvil.
El m4Social, el proyecto de innovación digital en el ámbito social de la Taula de entidades del Tercer Sector, ha organizado este jueves, en el último día del Mobile World Congress (MWC), una jornada de presentación de diversas iniciativas para la inclusión social, con la colaboración de la European Social Network.
Entre ellas destaca la «app» Comunicador Táctil de la ONCE, que cualquier persona que desconozca el lenguaje de signos o el sistema braille se puede descargar en su teléfono móvil de forma gratuita para comunicarse con sordociegos.
Esta aplicación permite escribir un mensaje, como si fuera un «chat», que a través de ‘bluetooth’ llega a un dispositivo de la persona sordociega que lo «traduce» al sistema braille, para que lo pueda entender.
La comunicación es bidireccional, ya que el sordociego puede responder en el mismo dispositivo y enviar el mensaje a su interlocutor, que lo lee en su pantalla de móvil de forma alfabética.
«El problema de las personas sordociegas es que en su entorno todo el mundo entiende la lengua de signos pero cuando salen fuera, por ejemplo a comprar fruta, el frutero no la conoce y no se pueden comunicar», ha explicado a EFE el ingeniero de desarrollo del Centro de Tiflotecnología e Innovación (CTI) de la ONCE, Juan Ramón Jiménez.
«Con este sistema, si el frutero se baja la aplicación a su teléfono móvil va a poder recibir la pregunta del cliente sordociego sobre cuánto cuestan las peras y le podrá resolverle la duda», ha ejemplificado el ingeniero.
Otra de las aplicaciones que se ha presentado en esta jornada es Dinder, que como su nombre indica emula el Tinder aunque está circunscrita a personas con discapacidad.
En declaraciones a los medios, Max Roures, ha relatado que la iniciativa partió de una amiga suya que tiene un hijo con síndrome de Down «que recibía burlas» y no lograba entablar relaciones en las redes sociales convencionales en las que estaba.
La «app» Dinder se lanzó hace dos meses y está en fase de recopilación de usuarios, lo que se hace a través de entidades que trabajan con personas con discapacidad.
Las personas vinculadas a las entidades que están interesadas deben rellenar un cuestionario que sirve para conocer su grado de discapacidad y su experiencia previa en las relaciones sexoafectivas, lo que es imprescindible para validar su registro en esta «app» en la que no puede ingresar cualquiera, pues está dedicada exclusivamente a personas con discapacidad, ha indicado Roures.
UN «MATCH» O ACTIVIDADES DE GRUPO
Como en Tinder, la nueva «app» permite ver perfiles, hacer un «match» (cuando dos personas expresan que se gustan) y poder chatear, pero no sirve solo para «ligar» y tener relaciones sexoafectivas, pues también ofrece la opción de apuntarse a actividades lúdicas, sociales o, deportivas en grupos, para favorecer la sociabilización.
En la jornada, que ha contado con la presencia del conseller de Derechos Sociales, Carles Campuzano, también se ha presentado la Sala de Tecnología Inmersiva de Suara Cooperativa, que permite hacer terapia mediante un sistema de proyección de 360 grados para trabajar en aspectos relacionados con el cuidado y el bienestar de las personas vulnerables.
ROMPER LA BRECHA DIGITAL
El doble rasero de la innovación es que es capaz de ofrecer soluciones para personas vulnerables pero también puede aumentar la conocida como brecha digital.
La presidenta de la Taula del Tercer Sector Social de Cataluña, Francina Alsina, ha denunciado que, desde la pandemia, prácticamente «cualquier trámite» con la administración es digital, entre ellos pedir ayudas o cita en los servicios sociales o de salud.
Alsina ha puesto como ejemplo el Ingreso Mínimo Vital que, a su juicio es un trámite digital complejo, y ha criticado que «es una barbaridad» que operaciones así se ofrezcan «sin que nadie acompañe a las personas», porque esto solo contribuye a «excluir del sistema a personas que ya están en vulnerablidad».
Según la Taula, en Cataluña solo la mitad de los hogares con menos ingresos tienen contacto con la administración a través de internet.
Reducir esta brecha es el objetivo de la Oficina Virtual de Atención Ciudadana Social (OVACS), un proyecto piloto del Ayuntamiento de Barcelona para hacer los trámites administrativos digitales pero en un espacio físico y con asesoramiento.
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