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¿Existe relación entre inflamación y ansiedad?

¿Cómo es la relación entre inflamación ansiedad? Aquí te contamos algunos datos muy interesantes. No te los pierdas.

  • Francisco María
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Se ha observado que los individuos con trastornos de ansiedad tienen más probabilidades de desarrollar inflamación. Pero, ¿ello significa que existe una relación entre inflamación y ansiedad a nivel causal? En otros términos, ¿hay una evidencia concreta de que una afección puede ser la causa de la otra?

Primero lo primero: ¿Qué es la ansiedad? ¿Y la inflamación?

La ansiedad se caracteriza por un estado exaltado de angustia mental y gran inseguridad, que suele conllevar al aumento de la frecuencia cardiaca (taquicardia) y la frecuencia respiratoria (taquiapnea). También son síntomas comunes la irritabilidad, las dificultades para concentrarse y conciliar el sueño, así como la sudoración excesiva y la tensión muscular.

A su vez, la inflamación consiste en una reacción natural del organismo frente a agresiones o estímulos dañinos (patógenos, lesiones, sustancias irritantes, entre otros). Un proceso inflamatorio es, de esta forma, una respuesta protectora que el sistema inmunológico desencadena con el objetivo de “deshacerse” de estas amenazas.

No obstante, cuando esta respuesta se prolonga en el tiempo y la inflamación persiste, puede volverse un cuadro crónico que daña las células y los tejidos donde se desarrolla.

¿Y cuál sería la posible relación entre inflamación y ansiedad?

Los trastornos de ansiedad han sido asociados a un mayor riesgo de padecer enfermedades metabólicas, coronarias y arterosclerosis. Dado que estas afecciones involucran una inflamación sistémica y que la ansiedad, con frecuencia, desencadena un cuadro de depresión, viene ganando fuerza la hipótesis de una relación entre inflamación y ansiedad.

Se ha observado que el estrés y la depresión pueden desequilibrar nuestro sistema inmunológico, despertando un estado inflamatorio moderado. Este desequilibrio deriva del aumento de la producción de las citoquinas proinflamatorias a nivel sistémico y cerebral.

Las citoquinas son unas pequeñas proteínas que pueden ser proinflamatorias o antinflamatorias, y que desempeñan un rol regulador en el organismo. Para explicarlo brevemente, estas proteínas modulan el sistema inmune y su función, determinando, junto con otras sustancias, las respuestas inflamatorias.

De esta forma, estando frecuentemente el estrés y la depresión asociados a los trastornos de ansiedad, parece muy factible la existencia de una relación entre inflamación y ansiedad. Pero, ¿qué dicen los estudios científicos?

Evidencias sobre la posible relación entre ansiedad e inflamación

Un breve pero interesante estudio publicado en el Journal of Psychiatric Research, ha evaluado el vínculo entre la inflamación y el TEPT (Trastorno de Estrés Postraumático). Los resultados muestran que las puntuaciones más elevadas de ansiedad se asocian a los niveles más altos de los marcadores de inflamación en hombres y mujeres (PCR, IL-6 y TNF-alfa).

Otra investigación relevante estuvo centrada en mujeres que padecen diabetes tipo II y ansiedad fóbica. En esta oportunidad, se ha observado que los altos niveles de ansiedad estaban asociados a un incremento en los niveles de los marcadores inflamatorios y también de la leptina.

Cabe resaltar que la hormona leptina actúa en la regulación del apetito y, por lo tanto, influye en la ingesta calórica y la gestión del peso corporal. Pero los científicos también suponen que está involucrada en la inflamación crónica.

En resumen…

Como vemos, está demostrado que las personas que padecen trastornos de ansiedad tienen más probabilidades de desarrollar respuestas inflamatorias. No obstante, se considera que esta no es suficiente evidencia para validar una relación entre inflamación y ansiedad a nivel causal, o bien afirmar que los procesos inflamatorios aumentan el riesgo de ansiedad.