Dra. Ibáñez: «Los nuevos tratamientos para leucemia crónica mejoran la supervivencia y calidad de vida»
El apoyo emocional es crucial, ya que muchas veces los pacientes se enfrentan a la incertidumbre y el desconocimiento
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La Leucemia Linfocítica Crónica (LLC) es el tipo de leucemia más común en adultos, representa hasta un 30% de los casos y se trata de una patología que afecta, principalmente, a personas mayores. En España, se detectan cada año una media de 4 casos cada 100.000 habitantes en hombres y alrededor de 3 casos cada 100.000 habitantes en mujeres, con una mediana de edad al diagnóstico de 72 años. Además, este tipo de pacientes pueden padecer una o varias comorbilidades asociadas. Por lo que, aunque se trate de una enfermedad de desarrollo lento, la LLC puede afectar a su calidad de vida.
Fernanda Ibáñez Camacho, hematóloga del Hospital de Orihuela de Alicante, lleva 13 años tratando pacientes con tumores oncohematológicos o LLC. «Mantenerse activo es fundamental para convivir con la Leucemia Linfocítica Crónica, ya que mejora la capacidad de coordinación, la respuesta neuromotora, el sistema óseo, digestivo y las articulaciones. Es muy recomendable estar activo con un trabajo o con una afición. Todos los pacientes deberían tener un refugio. Aunque nosotros somos su refugio médico, su actitud es fundamental», ha señalado, entre otras consideraciones, en esta entrevista para OKSALUD.
Pregunta.-¿Cuál es el perfil típico del paciente con leucemia linfocítica crónica?
Respuesta.-El perfil del paciente con LLC es de un paciente mayor, también es más frecuente en hombres, y suele presentarse en personas en un estado de fragilidad. Por otra parte, en el momento en el que ya sabemos cuál es el estadio de la enfermedad del paciente, debemos valorar las distintas comorbilidades que tenga, ya que al tener una cierta edad, hay patologías asociadas que se deben seguir tratando y de ahí, la importancia de un diagnóstico preciso.
P.- ¿Cuáles son los principales desafíos en el diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad?
R.- Para garantizar un tratamiento adecuado, es fundamental realizar un diagnóstico preciso, ya que a veces pueden ocurrir errores al confundir este tipo de linfoma con otros. El uso de la citometría resulta esencial para confirmar el diagnóstico LLC. Además, el tratamiento debe ser lo más eficaz posible, minimizando los efectos secundarios. Esto es especialmente importante en pacientes de edad avanzada, quienes, debido a sus múltiples comorbilidades, como precisaba anteriormente, requieren un abordaje terapéutico que se contemple con otras patologías previas.
P.-¿Cómo ha evolucionado el tratamiento de la LLC en los últimos años?
R.- El cambio en los tratamientos ha sido uno de los avances más significativos en hematología en los últimos 15 años. Este progreso es fundamental y marca un hito en el abordaje de diversas enfermedades. Hasta hace poco, el tratamiento se limitaba a la quimioterapia e inmunoterapia, sin considerar factores como la edad o la genética del paciente. Sin embargo, desde 2015, la introducción de terapias dirigidas, como los fármacos BTK, ha transformado masivamente el panorama. Estas terapias se dirigen específicamente a las dianas de la enfermedad, lo que no sólo mejora su efectividad, sino que también reduce significativamente los efectos secundarios. Este enfoque es especialmente beneficioso para pacientes con múltiples comorbilidades, ya que muchos de estos tratamientos son orales, lo que evita la necesidad de visitas frecuentes a la clínica. En resumen, el cambio ha sido realmente positivo.
P.- ¿Qué avances han marcado la diferencia en la supervivencia y calidad de vida de los pacientes?
R. -El avance en la supervivencia y la calidad de vida de los pacientes ha sido posible gracias a los recientes desarrollos en tratamientos. Se trata de fármacos BTKi (i de inhibición) inhiben a la tirosina de Bruton y representan una forma de inmunoterapia oral más específica y focalizada. Estos tratamientos son bien tolerados y ofrecen respuestas significativamente buenas.
P.- ¿Cómo afecta la LLC a largo plazo en el estado emocional y psicológico de los pacientes?
R.-La leucemia es un tipo de cáncer que afecta a los linfocitos y puede ser particularmente preocupante en niños, ya que, si no se trata adecuadamente, puede tener consecuencias fatales. Sin embargo, existen formas de leucemia crónica que permiten a los pacientes adultos, vivir una vida prácticamente normal, similar a la de la población general. Estos tratamientos suelen ser bien tolerados, y hay varias opciones disponibles que dependen de las características individuales de cada paciente. Al informarles sobre su buen pronóstico y al observar que no necesitan acudir al hospital con frecuencia, la calidad de vida de los pacientes mejora de forma notable.
P.- En su experiencia, ¿cuál es la importancia del apoyo emocional en los pacientes con LLC y sus familias?
R.-El apoyo emocional es crucial, ya que muchas veces los pacientes se enfrentan a la incertidumbre y el desconocimiento sobre su condición. Es fundamental que el equipo médico dedique tiempo a explicar claramente el diagnóstico y el tratamiento que se va a seguir. Una buena comunicación puede dibujar una imagen clara y esperanzadora para el paciente. En particular, los avances en el tratamiento de pacientes con leucemia linfocítica (LG) han transformado significativamente las tasas de supervivencia libre de progresión y la supervivencia global, brindando mejores perspectivas en la calidad de vida.
P.- La campaña de AstraZeneca menciona la necesidad de un refugio emocional para los pacientes. ¿Podría explicarnos qué significa este concepto y cómo impacta en la vida de los afectados?
R.- Es fundamental educar a los pacientes sobre su enfermedad. Cuando reciben una explicación clara, se sienten más tranquilos. Es importante que comprendan que pueden llevar una vida normal, como cualquier otra persona, y que tienen perspectivas de vida positivas. Este refugio emocional se fortalece con tratamientos que sean bien tolerados y cómodos, y que además ofrecerán respuestas efectivas a la enfermedad. Por ejemplo, si un paciente de 50 años es montañero, debería poder continuar disfrutando de esa actividad en su vida cotidiana, porque su tratamiento funciona y su calidad de vida se asemeja a una persona si esta patología.
P.- ¿Qué otros recursos cree que son necesarios para los pacientes con LLC?
R.- El de la relación abierta y completa con el médico, porque es natural que los pacientes tengan dudas ante tantas novedades. Pienso que hay que darle visibilidad a la enfermedad en el entorno hospitalario y se debe valorar (antes de comenzar cualquier tratamiento) su estado general, así como las complicaciones cardíacas o renales que pueda tener. Además, es importante que el paciente esté bien informado y que comprenda que, con estos tratamientos, suele haber un buen pronóstico. Actualmente, contamos con múltiples opciones terapéuticas que pueden adaptarse a las necesidades del paciente. El avance de los últimos años en nuestro campo ha sido fundamental para que esta enfermedad no sea un obstáculo importante para continuar con una vida normalizada.
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