Descubren la «firma inmunológica» de una rara complicación de las vacunas covid
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En un nuevo estudio, investigadores de la Universidad de Yale (Estados Unidos) han identificado la «firma inmunológica» de los raros casos de miocarditis que se presentaron en algunas personas que habían recibido vacunas basadas en tecnología mARN frente a la infección por SARS-CoV-2. Cuando se empezaron a usar, hace ahora dos años, las autoridades identificaron un incremento en los casos de miocarditis (inflamación del músculo del corazón), sobre todo en varones jóvenes. En aquel momento no estaba claro qué causaba esta reacción. Ahora se sabe cuál es el mecanismo inmunológico detrás de ella.
Los resultados de la investigación se han publicado el día 5 de mayo en la revista Science Immunology, y vienen a descartar alguna de las teorías previas, además de ofrecer estrategias para reducir al mínimo este raro efecto secundario.
La miocarditis es una inflamación del músculo cardiaco, generalmente leve, que puede causar daños en los tejidos pero suele resolverse en unos días. El aumento de casos de miocarditis durante las campañas de vacunación se apreció sobre todo en adultos jóvenes, hasta los 20 años, que habían recibido alguna de las vacunas de mARN, diseñadas para estimular una respuesta inmune específica contra el virus.
Así se hizo el estudio
Los investigadores realizaron un análisis detallado de las respuestas inmunológicas de esos casos de miocarditis. Dirigieron el trabajo Carrie Lucas, Akiko Iwasaki e Inci Yildirim, de los departamentos de inmunobiología, pediatría y epidemiología de dicha universidad.
La inflamación no estaba causada por los anticuerpos que las vacunas generaban, sino por una respuesta inmunológica más generalizada que guardaba relación con las células defensivas y el proceso inflamatorio. Según ha explicado Lucas, el sistema inmunológico de los sujetos estudiados reaccionaba con demasiada «energía», producía citoquinas en exceso y activaba de forma exagerada la respuesta celular. Las citoquinas son proteínas clave para el crecimiento y la actividad de las células inmunitarias.
En estudios anteriores sobre esta cuestión se había sugerido que ampliar el plazo entre dosis de la vacuna de cuatro a ocho semanas podría ser una forma de reducir el riesgo de miocarditis. Lucas también ha matizado que según los datos del estadounidense Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) el riesgo de miocarditis es significativamente mayor para los individuos no vacunados que contraen la infección que para los sujetos que se vacunan. De hecho, ha insistido en que la vacunación ofrece protección.
En palabras de Anis Barmada, estudiante de doctorado en Yale y parte del equipo que firma la investigación, «esperamos que estas nuevas evidencias ayuden a optimizar el empleo de vacunas de mARN que, además de ofrecer beneficios sanitarios claros durante la pandemia, tienen un enorme potencial para salvar vidas mediante sus numerosas indicaciones futuras».