Dependencia del alcohol: ¿es diferente en mujeres y hombres?

Un nuevo estudio revela que la ansiedad por consumir alcohol es diferente entre sexos, y sugiere que el tratamiento también sea distinto

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La actividad cerebral relacionada con el consumo es diferente entre sexos.

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La actividad cerebral relacionada con la ansiedad por consumir alcohol y hacerlo de forma compulsiva es diferente en hombres y mujeres, de acuerdo con los resultados de un nuevo estudio, que podría tener consecuencias en el tratamiento de este tipo de adicción. Lo han llevado a cabo investigadores de la Universidad de Yale (Estados Unidos), y aunque muestra algunos mecanismos similares en los patrones de adicción, también diferencias clave entre hombres y mujeres.

Los científicos usaron imágenes obtenidas por resonancia magnética mientras los voluntarios veían imágenes que provocaban estrés o contenían alcohol y las compararon con las obtenidas cuando observaban imágenes neutrales. Los cerebros de las mujeres y los hombres con adicción al alcohol reaccionaron de forma diferente. Las diferencias estaban relacionadas con la intensidad del impulso de beber y el patrón de consumo en el futuro. Esto sugiere que los tratamientos para el trastorno por abuso de alcohol tendrían que ser diferentes para cada sexo.

El trabajo se ha publicado en el número de mayo de la revista científica American Journal of Psychiatry. Se sabía por estudios previos que algunos individuos con trastorno por abuso de alcohol experimentan episodios de intenso deseo de beber, y son las personas más vulnerables respecto al riesgo de recaídas y consumo compulsivo en el futuro.

Patrones distintos en hombres y mujeres

Los investigadores han mostrado que esa ansiedad puede ser consecuencia de episodios vitales de estrés o exposición al consumo por parte de otras personas, entre otros desencadenantes. Lo que no estaba tan claro era si esos patrones eran iguales en hombres y mujeres, aunque cada vez había más indicios de que existen diferencias importantes, según ha explicado Rajita Sinha, profesora de psiquiatría en Yale y autora principal del estudio.

«En las dos últimas décadas hemos asistido a un incremento muy acusado en el consumo compulsivo de alcohol entre mujeres en Estados Unidos, mucho más que entre los hombres. Eso ha hecho que crezca la preocupación sobre las comorbilidades asociadas al trastorno por consumo de alcohol, tales como la enfermedad hepática, los trastornos cardiovasculares y el riesgo de cáncer», ha declarado.

Sinha y sus colaboradores reclutaron a 77 voluntarios adultos (46 hombres y 31 mujeres) con esta enfermedad. Mientras se obtenían las imágenes de sus cerebros por resonancia magnética, los participantes vieron imágenes estresantes, imágenes relacionadas con alcohol o bien imágenes neutrales. Los participantes informaron de su grado de estrés o su deseo de consumir alcohol con cada una de ellas.

Las mujeres experimentaban niveles más elevados de ansia por consumir alcohol, tanto ante imágenes estresantes como ante imágenes relacionadas con el alcohol. Al analizar sus funciones cerebrales, se vio que los circuitos cerebrales activados con las imágenes: emoción, recompensa, regulación del estrés y las emociones y control de impulsos, tenían respuestas diferentes a las de los hombres. En ellos estaban hiperactivos, en ellas, colapsados. «Ambos grupos mostraban alteraciones, pero eran alteraciones diferentes», ha explicado la investigadora.

En las mujeres, las alteraciones de las regiones cerebrales asociadas con la ansiedad guardaban relación con el consumo compulsivo de alcohol en el futuro, en el caso de los hombres la clave era el estrés, ha añadido.
Estas diferencias entre sexos en cuanto a los mecanismos subyacentes al abuso de alcohol sugieren que para hombres y mujeres podrían ser beneficiosas terapias distintas, tanto en términos de medicamentos como de intervenciones relacionadas con la regulación de la conducta.
Según Sinha, prestar atención a la variabilidad entre individuos -en general- permitirá tratar mejor el trastorno por abuso de alcohol, como sucede con muchas otras enfermedades.

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