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Cuidado con el agua embotellada: estos son los riesgos graves para la salud a largo plazo

Los expertos recomiendan alternativas más seguras y sostenibles como el uso de filtros domésticos

Agua botellas plástico
Un hombre bebiendo de una botella de plástico.
Diego Buenosvinos

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Cada vez más personas confían en el agua embotellada como la opción más segura y saludable para hidratarse. Sin embargo, científicos advierten que su consumo prolongado podría tener consecuencias negativas para la salud a largo plazo. Investigaciones recientes señalan que ciertos compuestos químicos presentes en los plásticos, como los bisfenoles y ftalatos, pueden filtrarse al agua, afectando el sistema endocrino y aumentando el riesgo de problemas hormonales, metabólicos e incluso enfermedades crónicas.

A pesar de su imagen de pureza, el agua embotellada no siempre es más segura que la del grifo. Diferencias en regulaciones, almacenamiento y transporte pueden favorecer la contaminación microbiológica o química. Algunos estudios han mostrado que el agua en botellas de plástico expuesta al calor o almacenada por largos periodos puede contener niveles preocupantes de sustancias nocivas.

El impacto del plástico no se limita a la salud humana. La producción y el desecho masivo de botellas generan contaminación ambiental, afectando ecosistemas y contribuyendo a la exposición indirecta de los seres humanos a microplásticos. Esto crea un círculo en el que el consumo de agua embotellada no solo es un riesgo potencial para la salud, sino también un problema ambiental de gran magnitud.

Uso de filtros domésticos

Los expertos recomiendan alternativas más seguras y sostenibles. Entre ellas destacan el uso de filtros domésticos, botellas reutilizables de vidrio o acero inoxidable, y la preferencia por agua del grifo de calidad controlada siempre que sea posible. Adoptar estos hábitos puede reducir significativamente la exposición a químicos presentes en el plástico y, al mismo tiempo, disminuir el impacto ambiental.

En definitiva, mientras el agua embotellada sigue siendo popular, la ciencia advierte que su consumo continuado debe evaluarse con cautela. Informarse sobre los riesgos y optar por alternativas más seguras puede marcar una diferencia importante para la salud y el medio ambiente a largo plazo.

Qué enfermedades podría conllevar

El consumo prolongado de agua embotellada en plástico puede exponer a las personas a microplásticos y sustancias químicas como bisfenol A (BPA), ftalatos y otros disruptores endocrinos. Según la evidencia científica disponible, esto podría estar asociado con distintas enfermedades y problemas de salud:

  • Trastornos hormonales: alteraciones en el sistema endocrino que afectan el equilibrio hormonal.
  • Problemas de fertilidad: en hombres y mujeres, asociados a la exposición a disruptores hormonales.
  • Diabetes tipo 2 y obesidad: algunos químicos plásticos se han vinculado a resistencia a la insulina y cambios metabólicos.
  • Enfermedades cardiovasculares: riesgo aumentado de hipertensión y alteraciones en el sistema circulatorio.
  • Cánceres hormonodependientes: como cáncer de mama, próstata u ovario.
  • Problemas neurológicos: exposición a microplásticos y toxinas podría afectar el desarrollo neurológico en niños.
  • Enfermedades renales y hepáticas: por acumulación de toxinas que deben ser filtradas por hígado y riñones.
  • Inflamación crónica: asociada a la presencia de microplásticos en sangre y tejidos.

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