¿Cuáles son las lesiones más comunes para tratar por la fisioterapia?
Fact checked
Este artículo de OkSalud ha sido verificado para garantizar la mayor precisión y veracidad posible: se incluyen, en su mayoría, estudios médicos, enlaces a medios acreditados en la temática y se menciona a instituciones académicas de investigación. Todo el contenido de OkSalud está revisado pero, si consideras que es dudoso, inexacto u obsoleto, puedes contactarnos para poder realizar las posibles modificaciones pertinentes.
Pese a que la fisioterapia no tiene una estación como tal, es cierto que los hábitos deportivos sí se cuentan por temporadas y, la de invierno, conlleva unos riesgos distintos si se tienen en cuenta el estilo de deportes de invierno que pueden practicarse.
Durante estos meses y con algunas de las estaciones de esquí y pistas de patinaje en marcha, las clínicas de fisioterapia se llenan de pacientes que necesitan descargar ciertas musculaturas específicas.
“Es durante estos meses cuando vemos, por ejemplo, más hombros dislocados que necesitan de recuperación con terapia manual y con ciertos avances de maquinaria” explican desde Bahía Madrid, centro de fisioterapia en Madrid que ve cómo pasan por sus cabinas esquiadores que bajan de la sierra o que llegan desde las pistas de nuestro país.
Este tipo de lesión, mucho más habitual de lo pensado, suele ser el resultado de caída sobre hielo o nieve dura. Tras la pertinente inmovilización e incluso, dependiendo de la gravedad, intervención, es el momento de la rehabilitación, cuando llegan a mano de los profesionales para devolver a esta articulación toda la movilidad y fuerza que necesitará en adelante.
Es importante no dejar a medias este tipo de tratamiento si lo que se busca es una recuperación integral.
Pero esta no es la única lesión del invierno. Los esguinces por mala pisada o resbalones, las rodillas por el frío y algún esfuerzo practicando deporte a bajas temperaturas y sin calentamiento previo adecuado, el llamado pulgar del esquiador…son muchas las que vienen derivadas de las pistas y que, durante estos meses, necesitan tratarse en las clínicas de fisioterapia.
“Por suerte, la gente ya empieza a confiar más en la necesidad de hacer bien los tratamientos preventivos y de rehabilitación, lo que facilita las recuperaciones al máximo. Aunque cada lesión y paciente es un mundo, en realidad no suelen alargarse en el tiempo y el beneficio de realizarlos a término es claro” comentan.
La prevención es clave cuando se trata de intentar evitar lesiones que pueden complicar seguir con las rutinas y ocio habituales. Para ello bastan ciertas recomendaciones que pasan por un buen calentamiento previo para que las articulaciones estén preparadas para el esfuerzo, adecuar el mismo a las condiciones físicas de cada momento y tratar de usar la protección adecuada en cada caso para evitar golpes más secos. A eso se suma la precaución, ser cauto siempre es clave para evitar caídas.
Hacer deporte, fundamental para fortalecer el sistema inmune
Hacer deporte tiene incontables beneficios sobre la salud, no solo a nivel articular, muscular o cardiovascular, sino que también los tiene a para el sistema inmune.
Varios estudios realizados en este sentido analizaron las modificaciones que produce el ejercicio físico sobre las células inmunocompetentes del organismo, y concluyen que la actividad física es beneficiosa para nuestro sistema inmune.
El ejercicio induce la producción de leucocitos, fundamentales en nuestras defensas, y su circulación por el torrente sanguíneo, así como la producción de anticuerpos y citosinas antiinflamatorias.
Gracias a los trabajos realizados por Nieman (1999) se sabe que las personas que realizan ejercicio moderado y continuo presentan menor número de infecciones por que el sistema inmune se fortalece.
Al realizar ejercicio se activa el metabolismo, con la consiguiente quema de grasas, neutralización de radicales oxidativos y del estrés. Veamos un poco más:
- Activación del metabolismo: El ejercicio utiliza las grasas para obtener energía y poner los músculos en movimiento. Así se consigue descender los niveles de grasa en el cuerpo y mejorar las condiciones de trabajo del sistema inmune. Esto evita los efectos pro-inflamatorios producidos por los adipocitos que desparecen como consecuencia de la actividad física.
- Efecto antioxidante: el ejercicio moderado tiene un efecto facilitador de producción de enzimas que colaboran en los procesos antioxidantes, especialmente en las células inmunitarias. Las hormonas actúan modulando las acciones del sistema inmunológico puesto que los órganos más importantes del sistema inmune, (timo, bazo, ganglios linfáticos), poseen receptores para muchas hormonas. Por ejemplo, la adrenalina y la hormona de crecimiento (HG), aumentan como consecuencia de la realización de ejercicio y estas a su vez tienen su efecto. La hormona del crecimiento facilita la activación de las células inmunocompetentes al mismo tiempo que protege la formación de linfocitos T en el timo, y esto ocurre incluso varias horas después de finalizar el ejercicio.
- También el sistema nerviosocentral se ve influenciado por la realización de ejercicio, y este a su vez desempeña un papel importante en la regulación del sistema inmune a través de hormonas.
- ¿Y con el estrés? ¿Cómo hace descender las hormonas del estrés?, como ya os hemos contado en artículos anteriores como “Beneficios del deporte en el cerebro” o “La natación y la ansiedad», debido a la producción de endorfinas positivas que ayudan en disminución de la secreción de cortisol.
Aunque pueda parecer complicado, la realidad es que somos una máquina que funciona a través del intercambio de energía, somos química en nuestro interior por decirlo de algún modo y eso hace que, si mantenemos nuestra química en orden, nuestra salud será mejor.
Para ello el deporte es fundamental, al igual que lo es la alimentación y el descanso pues de lo que comemos y descansamos nuestro cuerpo, también hace química.
Temas:
- Salud