Cómo controlar el hambre

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Cuando nos proponemos adelgazar o controlar los hábitos alimenticios es posible que al principio nos cueste mucho cuidar los menús. Siempre hay unas ganas incontrolables de atracar la despensa y saciarse con lo primero que cojamos. Sin embargo, es preciso que controlemos nuestro ímpetu. A continuación te enseñaremos cómo controlar el hambre con una serie de consejos.

En primer lugar hay que realizar cinco comidas al día. De esa forma conseguiremos que el metabolismo trabaje de manera continuada y no se llegue a las comidas principales con tanto apetito. Una buena opción pasa por seguir un horario, que puede ser el siguiente aproximadamente: desayuno (9 horas), media mañana (11 horas), almuerzo (14 horas), merienda (17:30) y cena (20:30 horas).

Se recomienda que entre una comida y otra no pasen más de cuatro horas, para que el organismo no se pueda sentir vacío ni tampoco aparezcan las ganas de comer. También es preciso que la cena no se haga demasiado tarde para que el organismo pueda metabolizar la comida.

En la medida de lo posible hay que procurar que estas comidas sean nutritivas, saludables y cargadas de fibra para saciar el apetito y proporcionarnos los minerales y vitaminas precisos para estar fuertes y sanos. Así que evitaremos los alimentos ricos en calorías y grasas. Tanto a la hora de la merienda como a media mañana lo conveniente sería tomar una pieza de fruta o un lácteo desnatado.

En cuanto a la cena, tampoco es aconsejable que se haga una comida demasiado pesada, sobre todo porque dentro de un par de horas nos iremos a la cama a descansar y esa energía no se aprovechará y acabará acumulándose en el cuerpo en forma de grasa.

La fibra no puede faltar en tus platos, sobre todo porque se trata de un nutriente que se digiere con lentitud y que incrementa la sensación de saciedad durante más tiempo. Encontrarás la fibra en alimentos como las verduras, frutas, pastas integrales o arroces. Además, la fibra consigue que se liberen hormonas intestinales que contribuyen a que nos sintamos más llenos.

Cuando tenemos hambre, por lo general, lo que más nos apetecen son los productos ricos en azúcares. Y no sólo se hace referencia a los bollos, pasteles o dulces, también a platos de comida rápida como pizza, pasta o hamburguesas. Esto es así debido a que el azúcar crea adicción. Para controlar el apetito hay que disminuir el consumo de alimentos azucarados y refinados, reemplazándolos por otros.

Algunas personas acostumbran a merendar bocadillos, galletas o dulces, pero quizás deberían modificar este hábito ya que los hidratos de carbono sólo se aconsejan para la primera parte del día, hasta la comida.

A la hora de sentarse a la mesa hay personas que sufren la tentación de consumir importantes cantidades de comida o que presentan ansiedad. Lo aconsejable sería beber un vaso de agua grada para calmar el estómago y masticar lo más despacio posible. No olvides que el cerebro tarda unos veinte minutos en recibir la señal de saciedad y enviar la información al estómago.

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