Cómo contribuir al cuidado del planeta y el medioambiente desde el sector hospitalario

Cuidar planeta
Avión por amoníaco

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Hace apenas una semana que celebramos el Día Mundial del Medio Ambiente 2021. Una jornada que ha puesto de manifiesto, un año más, la importancia de cuidar el medio ambiente, preservar la biodiversidad y suprimir de manera progresiva la huella de carbono.  De hecho, según el dictado estratégico de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, en el año 2050 la emisión de CO2 debería ser de cero y todas las energías que consumimos deben proceder de métodos verdes.

Cuidar el planeta, como vemos, ya no es una opción, sino una obligación que tenemos todos, tanto las personas, como las organizaciones, los gobiernos y las empresas, porque los recursos que tenemos son finitos.  Todos los sectores de actividad, además, tienen una responsabilidad y están caminando hacia una huella de carbono cero, por ello, la mayor parte de las compañías tienen una estrategia medioambiental y sostenibilidad muy férrea y comprometida porque sólo de ese modo lograremos una supervivencia ambiental sostenible.

En este sentido, y teniendo en cuenta este reto, uno de los más grandes a los que se ha enfrentado la humanidad moderna, la Fundación Jiménez Díaz ha dado un paso más en su compromiso con el planeta y ha declarado la emergencia climática con el fin de concienciar sobre la necesidad de poner en marcha un modelo sostenible y con amplia repercusión e impacto que ayude a disminuir la huella de carbono y mejorar así el cambio climático.

Pero, además, el centro hospitalario ha presentado su aportación específica a este objetivo a través del ambicioso programa: MAS+, Medio Ambiente y Salud con el fin de reducir el impacto de la asistencia sanitaria sobre el medio ambiente.

El sector salud genera un 4,4% de las emisiones de CO2

El Dr. Felipe Villar, jefe asociado del Servicio de Neumología en el hospital madrileño, que ha sido uno de los líderes de este nuevo proyecto, ha explicado que «el sector de la salud genera el 4,4% de las emisiones que producen la huella de carbono a nivel mundial. Tanto es así que, si fuera un país, sería el quinto productor de ésta en el mundo, lo que hace que el personal y las instituciones sanitarias debamos hacer un ejercicio de responsabilidad y ser los primeros en abogar y contribuir a mejorar el cambio climático y así proteger la salud de nuestros pacientes».

El programa MAS+, impulsado el pasado mes de enero, está conformado por el diseño y el desarrollo de varias iniciativas en distintos ámbitos de la actividad de la Fundación Jiménez Díaz para la reducción de la huella de carbono generada por la práctica sanitaria en lo que se refiere a la sostenibilidad del centro y los actos médicos.

Ingeniería y Mantenimiento

Sobre la Ingeniería y el Mantenimiento, el experto ha indicado que «nuestro hospital no solamente es pionero en la implementación de sistemas sostenibles de energía que lo hacen más eficiente para disminuir la huella de carbono, sino que cumple con todas las normativas nacionales e internacionales en este sentido, lo que demuestra su claro posicionamiento».

Otro ámbito de trabajo, ha proseguido el Dr. Villar es el de la actividad sanitaria propiamente dicha, en el que la clave es encontrar la sostenibilidad entre las acciones médicas y el cuidado del medio ambiente, traduciéndose directamente en salud los esfuerzos en ambos casos, y siendo especialmente importantes las mejoras aplicadas en el uso de gases anestésicos e inhaladores y en los protocolos de reciclado.

MAS+ promueve que, priorizando siempre la salud del paciente y ante igualdad de beneficios para éste, se aumente la indicación de fármacos anestésicos menos dañinos para el medio ambiente frente a aquellos como el óxido nitroso o los gases fluorados, que generan mayor huella de carbono.

También se contempla el manejo de fármacos broncodilatadores o corticoides mediante dispositivos de inhalación que generen menos efecto invernadero. Es decir, aumento del uso de inhaladores de polvo seco (DPI) o de niebla fina (SMI) en detrimento de los de dosis medida presurizados (pMDI), que utilizan como propelentes los hidrofluorocarbonos.

Por ello, el Dr. Villar ha concluido que «el uso de un inhalador pMDI durante un mes, periodo para el que suele prescribirse, equivale a la huella de carbono que genera un coche que debe recorrer una distancia de unos 300 kilómetros, mientras que la utilización el mismo tiempo de un inhalador DPI o SMI genera la que recorrería el mismo vehículo a lo largo de solo 6 kilómetros».

Con respecto al reciclado de fármacos y envases, que es otro de los ámbitos que más impacto ambiental tiene, la Fundación Jiménez Díaz está haciendo grandes avances entre profesionales y pacientes porque, según ha asegurado, «no se trata solo de sustituir un inhalador o un anestésico por otro o de concienciar sobre dónde depositar distintos materiales; el reto está en diseñar protocolos adecuados para que el beneficio en el paciente sea real y que no solo haya una indicación terapéutica, sino un aprendizaje».

Y ha recordado, además, que no se trata sólo de una labor que sólo corresponda al profesional médico, sino a todas las personas que integran la sociedad. En este sentido, ha subrayado el neumólogo, «es tan importante saber prescribir bien un fármaco como que el paciente tenga buena información y educación de su uso, o que sepa dónde puede dispensar un tratamiento médico sobrante que no va a utilizar, un inhalador vacío o un blíster que ya no tiene fármacos».

Medio Ambiente y Salud: la concienciación y la comunicación

Sobre ello, el Dr. Villar cree que «tenemos que informar muy bien a la población de que la mejora del cambio climático no va unida solamente a una mejora del medio ambiente, sino también a una prevención de sus enfermedades, y que para ello es tan importante reducir la huella de carbono y la contaminación como tener una vida saludable».

Cree, además, que para seguir adelante con la estrategia de sostenibilidad, las compañías y los organismos deben apostara por la digitalización y apostar por los servicios no presenciales. «Realizar una teleasistencia o una e-consulta, trabajar en digital, sin papeles, o empoderar al paciente como gestor de su propio proceso de salud a través de una aplicación que optimiza la comunicación con el hospital disminuyendo desplazamientos a este es otra forma de reducir la huella de carbono que genera la atención médica porque utiliza menos recursos productores de la misma (electricidad, papel…) y minimiza el uso de vehículos que emiten gases de efecto invernadero», ha insistido.

Para terminar, el Dr. Villar ha insistido en que con el proyecto MAS+ «pretendemos que la Fundación Jiménez Díaz sea un ejemplo para el resto de sectores, sobre todo de la salud, a la hora de reducir la huella de carbono, revertir el cambio climático y proteger así la salud de nuestra población y de nuestros pacientes porque cuidar el medio ambiente también es proteger la salud, tanto en prevención como en curación».

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