La cerveza no provoca barriga cervecera
La cerveza no provoca barriga cervecera. Es un mito que llevamos muchos años escuchando. Así lo demuestra un estudio realizado por la Academia Española de Nutrición y el departamento de Nutrición de la Facultad de Farmacia de la Complutense.
Una caña de 200 mililitros sólo nos aporta 84 kilocalorías, lo que supone una cantidad mínima dentro de la ingesta calórica que se recomienda a diario, que son unas 2.500 para los hombres y 2.000 para las mujeres. En lo que se refiere a la masa corporal, se comprobó en esta investigación que aquellos que tenían un consumo moderado y habitual de esta bebida contaban con una composición morfológica más adecuada que los que no la consumen, sobre todo en el caso de los varones.
De hecho, distintos estudios elaborados en Europa demostraron que las bebidas alcohólicas de baja graduación, como pueden ser la cerveza u otras fermentadas, se podrían incluir dentro de una dieta mediterránea, pero sólo cuando nos rebase los 30 gramos de alcohol al día.
Buscar otros culpables de la barriga
Uno de los responsables de este estudio asegura que en lugar de responsabilizar a la cerveza como causante de la barriga cervecera, lo más adecuado sería buscar ‘culpables’ en otros aspectos como son el estilo de vida sedentario, unos hábitos alimenticios incorrectos, el tabaquismo o diversos componentes genéticos que influirían a crear este tipo de obesidad.
Hay que decir que la presión arterial tampoco resultará afectada por el consumo de cerveza, como recoge este estudio de la Facultad de Farmacia de la Complutense. Es una coincidencia importante respecto a otras investigaciones que se realizaron y que mostraban una correlación inversa entre el consumo de alcohol moderado y el peligro de desarrollar alguna dolencia cardiovascular.
Los consumidores de esta bebida cuentan con una «mayor protección antioxidante procedente del lúpulo y de la malta con la que se elabora la cerveza», explican. Entre su contenido se encuentra isohumulonas, que sirve como protector ante distintas enfermedades y cuenta con un efecto antioxidante. También hay que destacar su cualidad como regulador «sobre la concentración sérica del colesterol en las personas que lo consumen de forma moderada», ya que se vincula con una disminución del colesterol malo y un incremento del colesterol bueno.
Lo que queda claro es que la cerveza es una bebida, que al igual que ocurre con el vino, que puede resultar beneficiosa para nuestro organismo siempre que se consuma de manera moderada. Por tomar una caña al día no ocurriría nada. El problema es que cuando se toman 4 o 5. Otro aspecto a valorar y que destacan los encargados de realizar esta investigación, es que uno de los factores que más influyen a la hora de conseguir esa barriga cervecera es el acompañamiento con las cañas. Las patatas fritas chips, frutos secos y otro tipo de pinchos son los que finalmente nos acaban provocando esos kilos de más.
A los deportistas se les recomienda que después de practicar ejercicio físico se tomen una cerveza bien fría para recuperarse del esfuerzo y conseguir hidratarse de nuevo.
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