Los beneficios de dejar de juzgar a los demás
En muchas ocasiones perdemos tiempo en juzgar a los demás, un tiempo que podríamos aprovechar de forma más inteligente y más saludable. Apunta estos consejos.
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El mundo está lleno de ‘jueces’. Juzgar a los demás es una condición sine qua non de la raza humana. Aunque no está claro si forma parte de la programación mental ‘estándar’ o se trata de un hábito aprendido. O más bien enseñado a través de la educación familiar en primer lugar, así como por algunas prácticas escolares. En cualquier caso, además de ser una práctica habitual, también se le considera como un mecanismo de defensa. Se trata de fijar la atención en otros antes de ocuparse de uno mismo.
Todas las personas emiten juicios de valor en algún momento. Incluso sin que medien malas intenciones. El problema está cuando este tipo de conductas se convierten en rutinarias. En algunos de estos casos, cuando la situación llega a ser obsesiva, será un problema que puede requerir de la asistencia de un profesional.
¿Por qué juzgar a los demás?
La pregunta clave dentro de este tema es por qué juzgamos a quienes nos rodean. No existe una respuesta unánime. Sin embargo, para la mayoría de los psicólogos y estudiosos de la conducta humana, juzgar a los demás es casi siempre un mecanismo de proyección. Quien emite juicios ve en terceras personas sus propias carencias.
Aquellos que constantemente opinan sobre las costumbres de otros, suelen sentirse muy insatisfechos con los resultados de su vida. La comparación les proporciona una ventaja, ficticia y subjetiva, frente a sus ‘competidores’. Al llegar a esta conclusión, ya no se sienten tan minusvalorados e incluso su autoestima puede llegar a ser potenciada.
Pero lo anterior no es más que una ilusión. Un placebo cuyo efecto se derrumba con la misma facilidad con la que se construyó. La desilusión ante este escenario acrecienta la frustración, manteniendo activo y sin final el mismo círculo vicioso de juzgar para sentirse bien.
Mindfulness: el reto de no juzgar a nadie
Esta es una de las prácticas más difundidas a nivel mundial para superar la postura de juez de nuestro entorno. El mindfulness se basa en la meditación vipassana, práctica budista cuyo objetivo es centrarse en todo lo que ocurre en el presente, tanto en el entorno, como a nivel introspectivo, sin emitir ninguna valoración.
Un rasgo común entre los ‘opinadores’, es que suelen ser muy duros a la hora de examinarse a sí mismos. Sin importar que esto se haga de manera consciente o se mantenga en segundo plano dentro del entramado mental. Por ello el enfoque Mindfilness es tan seguido y ofrece tantos beneficios.
La libertad de no juzgar
Uno de los beneficios que trae consigo el dejar de juzgar a los demás es que se obtiene libertad para enfocarse en uno mismo. No hay interferencias externas que condicionen o limiten las valoraciones personales que cada persona hace sobre su propia vida. También es una forma de abrirse al mundo, descubrir cosas nuevas y, sobre todo, de entablar nuevas y sinceras amistades. Muchas veces las ideas preconcebidas boicotean este tipo de acercamientos. La sabiduría popular lo resume con una frase contundente: “nunca juzgues a un libro por su portada”.
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