No hay una cantidad segura

Beber poco en el embarazo afecta al cerebro del futuro hijo

Un equipo de científicos ha estudiado la estructura cerebral y la conducta de niños expuestos a pequeñas cantidades de alcohol durante la gestación y los ha comparado con los de niños cuyas madres no bebieron nada de alcohol

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Los expertos recomiendan evitar el alcohol durante toda la gestación.

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La exposición prenatal al alcohol (PAE por sus siglas en inglés) es una cuestión de gran interés en cuanto a cuáles son las recomendaciones más adecuadas para mujeres embarazadas sobre el consumo de bebidas. Un equipo de investigadores de la Universidad de Calgary, en Canadá, ha estudiado a un grupo de 135 niños con niveles bajos de PAE y los han comparado con otros tantos niños que no estuvieron expuestos al alcohol, que formaron el grupo de control.

De acuerdo con sus resultados, los niños cuyas madres bebieron con moderación tenían peores puntuaciones en la conducta externalizante (relaciones interpersonales, control de las emociones y otros parámetros) y en anisotropía fraccional (FA), una prueba de imagen que se emplea para observar cambios en el cerebro. Los valores altos en la anisotropía se asociaban con conductas menos problemáticas en el grupo de control.

Estos hallazgos sugieren que incluso en cantidades pequeñas, el consumo de alcohol en el embarazo está relacionado con alteraciones en la estructura cerebral del futuro hijo, lo cual subraya la importancia de establecer políticas públicas acordes con las últimas evidencias científicas y considerar las consecuencias del consumo de alcohol en el embarazo, indican los autores.

Se sabe hace tiempo que la exposición a niveles elevados de alcohol en el vientre materno está asociada con problemas de conducta y cognitivos, además de alteraciones estructurales en el cerebro. No obstante, no estaba del todo claro si los niveles bajos de PAE tienen efectos en la función y la estructura del órgano. En los estudios anteriores faltaban grupos de control bien seleccionados, con variables sociodemográficas equivalentes para que la comparación fuera precisa.

Por ese motivo, en este estudio se compararon los cambios en el comportamiento y el cerebro de niños expuestos a pequeñas cantidades de alcohol en el organismo de la madre con los de controles parecidos pero sin PAE.

Se seleccionaron los participantes en el estudio Desarrollo Cognitivo del Cerebro Adolescente. Se buscaron individuos con la misma edad, sexo, ingresos familiares, niveles de educación materna y cuidados. Ninguno de los participantes había estado expuesto a otras sustancias (tabaco, cannabis ni otras drogas). Se recopilaron datos entre el 1 de septiembre de 2016 y el 15 de noviembre de 2018. Fueron analizados entre octubre de 2020 y febrero de 2022.

Entre la información recopilada figuraban resultados de anisotropía, resonancia magnética y respuestas al cuestionario sobre conducta CBCL (Child Behavior Checklist). Los 270 niños incluidos tenían una edad media de casi diez años; 141 eran niñas y 129, niños.

Un mito arraigado

Aunque las sociedades científicas indican hace tiempo que «no existe ninguna cantidad de alcohol segura durante el embarazo», la idea de que beber en pequeñas cantidades durante este periodo de la vida sigue estando bastante extendida.

Según la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, el consumo de alcohol durante el embarazo «es un factor de riesgo que puede producir muerte fetal, aborto espontáneo, parto prematuro, retraso del crecimiento intrauterino y bajo peso al nacer».

Advierten que después de las causas de origen genético, el consumo de alcohol es el factor de riesgo más importante de alteraciones mentales y del comportamiento. «De hecho, está considerado la primera causa prevenible no genética de retraso mental en el mundo occidental», indica la sociedad.

El Ministerio de Sanidad recomienda a las mujeres embarazadas y las que desean quedarse embarazadas evitar el alcohol durante toda la gestación «y desde que se planifica el embarazo».

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