Avance científico: nuevos medicamentos para controlar la enfermedad renal y el riesgo cardiovascular
Una familia de medicamentos para diabéticos tipo 2 reduce el riesgo cardiovascular
Las nuevas terapias están infrautilizadas, según los expertos
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Los expertos destacan el valor de los tratamientos dirigidos simultáneamente a la insuficiencia cardiaca y la enfermedad renal en el último encuentro anual de la Asociación Americana de Cardiología (AHA). Uno de los desencadenantes más conocidos de la mortalidad cardiovascular, la diabetes tipo 2, guarda una estrecha relación con la enfermedad renal crónica, que hace que el riesgo cardiovascular se dispare. Afortunadamente, hay nuevos tratamientos disponibles para reducir ese riesgo en pacientes que tienen diabetes y problemas renales, se ha dicho en la sesión titulada Hacer frente a la marea de la insuficiencia renal en diabetes.
Los medicamentos inhibidores de SGLT2 han mostrado tener un efecto notable en la insuficiencia cardiaca, pero aún tenemos un largo camino por recorrer para atenuar del todo el riesgo de insuficiencia cardiaca en pacientes con diabetes, ha dicho Evan Dale Abel, jefe del departamento de medicina interna del Centro para Investigación en Diabetes de la Universidad Carver (Iowa, Estados Unidos).
Esta clase de fármacos, llamados inhibidores del cotransportador de sodio glucosa 2 (de ahí ‘SGLT2’) reducen los niveles de glucosa en la sangre haciendo que los riñones la eliminen por la orina. Además, se les atribuyen efectos cardioprotectores.
Abel ha explicado en este encuentro científico los posibles mecanismos que explican los efectos de esta familia de medicamentos en las personas con insuficiencia cardiaca, incluyendo cambios en el metabolismo del corazón, estrés oxidativo, los efectos dañinos de los lípidos y la glucosa y la inflamación, entre otros aspectos.
“Empezamos a ver luz en el horizonte con los inhibidores de SGLT2, pero también podemos comprender mejor cómo funcionan otros nuevos medicamentos que podrían llegar en los próximos cinco o diez años”, ha dicho.
Katherine R. Tuttle, profesora de medicina en la Universidad de Washington, que lleva años especializándose en diabetes y riesgo cardiovascular, ha explicado esta “peligrosa” combinación de enfermedades.
Según las guías clínicas elaboradas por los expertos en salud renal en 2020, en todo el mundo la diabetes es la causa de más del 40% de los casos de enfermedades crónicas de riñón, y eso hace que los pacientes tengan un riesgo cardiovascular aumentado. La mayor parte del riesgo cardiovascular asociado con la diabetes se produce precisamente en personas con enfermedades renales, ha apuntado la experta.
El tratamiento convencional de la enfermedad renal para personas con diabetes consiste en la administración de inhibidores de la enzima de conversión de angiotensina y bloqueadores del receptor de angiotensina, pero Tuttle considera que estos tratamientos no se usan lo suficiente. “La tasa de empleo [de estos medicamentos] es extraordinariamente baja, rondando el 35%-40%; estamos infratratando a los pacientes, y eso explica los pobres resultados que hemos obtenido”, ha declarado.
Por estos motivos, considera que aún hay fallos importantes en el tratamiento de las personas con enfermedad renal crónica y diabetes tipo 2. “Estamos en un momento importante, en el que hay terapias muy eficaces para algunas de las complicaciones más frecuentes de la diabetes, particularmente la insuficiencia cardiaca y la insuficiencia renal. La extensión y el empleo de las nuevas terapias es crucial para conseguir mejores resultados para los pacientes con un riesgo elevado de enfermedad renal y diabetes. Es algo muy relevante cuando se tiene en cuenta que un inhibidor de SGLT2, dapagliflozina, ha mostrado que puede reducir la mortalidad por cualquier causa hasta un 31% cuando se compara con el tratamiento estándar”, ha añadido.