Antibióticos y alcohol: estas son las consecuencias de mezclarlos
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Seguramente a estas alturas ya sabes que la combinación de antibióticos y alcohol puede causar ciertas consecuencias indeseables. Desde anular el efecto de los medicamentos hasta provocar todo tipo de molestias en el cuerpo. Sin embargo, casi nadie conoce cuáles son los procesos por los que no deberías mezclar los antibióticos y el alcohol. Veamos en qué consiste el fenómeno.
Por supuesto, son muchas las personas que durante un tratamiento sienten el deseo de beber una bebida alcohólica y se preguntan si realmente hace tan mal. La respuesta dependerá de una serie de factores que deben ser analizados de forma independiente. Claro que la recomendación general es que no consumas bebidas alcohólicas en este caso, pero hay algunas excepciones.
¿Por qué es malo mezclar antibióticos y alcohol?
Según la Organización Mundial de la Salud, la ingesta de alcohol está asociada a numerosas enfermedades. Incluso una ingesta moderada de este tipo de bebidas puede desencadenar los cánceres más comunes. Por eso su consejo de reducir todo lo posible cuanto alcohol bebemos diaria y semanalmente. En caso de estar medicados, la sugerencia pasa a ser «0 alcohol».
El asunto es que tanto el alcohol como los antibióticos se metabolizan en el hígado por lo que, si entran al organismo juntos, haremos que este órgano trabaje más de lo conveniente. El metabolismo tardará más en asimilar el fármaco y éste ya no será altamente efectivo para el tratamiento. Si abusas del alcohol y los antibióticos en combinación, el daño en el hígado será crónico.
¿Hay medicamentos con los que el alcohol esté prohibido?
A su vez, se supone que tenemos una infección. Si es así, nuestras defensas estarán bajas y no podrán defenderse del alcohol. Aunque una copa de vino o un vaso de cerveza no suelen interferir con la acción de los antibióticos, hay medicamentos que son absolutamente incompatibles con el alcohol. Entre ellos el metronidazol y el tinidazol, dos antibacterianos muy comunes. Tampoco debería combinarse el alcohol con la doxiciclina ni el linezolid. Pero hay otros y lo mejor es consultarle a tu médico sobre el fármaco.
De igual modo, es indispensable que los mayores de 65 años sepan los peligros de mezclar el alcohol con los medicamentos. Más propensos a estar medicados, no deberían consumir alcohol más que una o dos veces a la semana y en cantidades mínimas.
Lo mismo aquellos que, por su condición, necesitan de tratamientos permanentes que involucren fármacos variados.
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