5 cosas que debes saber sobre las mamografías en el Día Mundial contra el Cáncer de Mama

El cáncer de mama es una enfermedad que suele afectar a muchas mujeres alrededor del mundo; sin embargo, gracias a su pronta detección y diagnóstico, es uno de los más probables que se tenga éxito en el tratamiento. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) “pertenecer al género femenino es el principal factor de riesgo en el caso del cáncer de mama. Aproximadamente, un 99% de los casos de cáncer de mama afectan a mujeres, y entre el 0,5% y el 1% de los casos afectan a varones. El tratamiento de esa enfermedad en los varones sigue los mismos principios que los que se aplican a las mujeres”. ¿Qué debes saber sobre las mamografías?

Existen alrededor del mundo cientos de campañas de concienciación y acerca de cuáles son los principales síntomas de esta enfermedad, ya que es muy probable que pase desapercibida por mucho tiempo hasta que genere algún tipo de complicación que pueda requerir la intervención de un profesional de la salud. La población femenina principalmente, aunque nunca está demás que todos lo sepan, deben conocer cuáles son las herramientas disponibles para poder detectar tempranamente este cáncer tan silencioso y que puede llegar a curarse si se encuentra en una etapa inicial, tal como sucede en este tipo de enfermedades. La información es poder, por lo que es fundamental conocer todos los pormenores de esta enfermedad, cómo se diagnostica con la ayuda de un profesional de la salud, y estudios médicos, como las mamografías, y cuáles son los distintos tratamientos que se pueden realizar según cada caso y lo avanzada que se encuentre la enfermedad.

Lo que debes saber sobre las mamografías para detectar el cáncer de mama

Según el Instituto Nacional del cáncer del gobierno de los EE UU, una mamografía es una «radiografía del seno que se usan para controlar si hay cáncer de mama cuando no hay signos ni síntomas de la enfermedad» o  «también se usan para controlar si hay cáncer de mama después de que se encontró un bulto o hay otro signo o síntoma de la enfermedad».

Mamografía de detección

Las primeras se denominan mamografía de detección y se suelen tomar más de una imagen de rayos X de la mama para poder analizarla desde todas las perspectivas posibles, ya que suelen ser las que detectan aquellos tumores que no se pueden palpar. Además, también muestran microcalcificaciones (que son depósitos de calcio minúsculos), que pueden ser un indicio de cáncer de mama.

De diagnóstico

Mientras que las segundas, las de diagnóstico, son las que se emplean para controlar si continúa habiendo cáncer de mama tras la detección del primer bulto, o si hay otros signos que haya dejado la enfermedad, como por ejemplo secreción en el pezón, dolores en los pechos, engrosamiento de la piel, o un cambio de forma o tamaño del seno (aunque también podrían ser benignos o síntomas de otras enfermedades).

Este tipo de mamografías también son empleadas cuando hay implantes de mama, para poder ver mejor el tejido.

Gracias a estas mamografías se puede diagnosticar la enfermedad y comenzar a trabajar en un tratamiento adecuado a cada necesidad, según establezca un profesional de la salud que pueda definir los pasos a seguir.

Mamografías digitales

En países donde la tecnología está más avanzada, existen las mamografías digitales, que suplantaron a las convencionales mencionadas anteriormente. La diferencia reside, principalmente, en que las convencionales se imprimen en placas y se analizan con la ayuda de un aparato que aclara la imagen; mientras que las digitales tienen los resultados digitalizados en un ordenador.

Gracias a esto, es más sencillo manipular la imagen para un mejor análisis pormenorizado de lo que se ve, y también, hacer interconsultas con otros centros médicos.

De 3D

Con los avances de la tecnología y gracias a las innovaciones científicas, hay otras mamografías que son funcionales para la detección temprana del cáncer de mama. Por ejemplo la mamografía 3D, la portátil, la de contraste y la de emisión de positrones (PEM).

La primera de ellas también es conocida como tomosíntesis, y permite recrear la mama de una forma tridimensional a partir de tomar fotografías de la misma desde distintos ángulos.

La segunda es la más elegida cuando no están dadas las condiciones de infraestructura de las ciudades, y se requiere de un equipo que se pueda trasladar. Si bien es una tecnología básica, no por ello es menos eficaz en la detección de la enfermedad.

La mamografía con contraste ayuda a  identificar áreas con una mayor irrigación sanguínea, y suele emplearse cuando se necesita más detalle de lo que está sucediendo internamente. Por su parte, la PEM es la más utilizada cuando el diagnóstico ya está, o ya se encuentran en  tratamiento, para ver cómo responde el cuerpo al mismo, o si se puede llegar a dar una recurrencia del cáncer.