Zapatero se raja ante Felipe González

Zapatero Felipe

Felipe González, el dirigente histórico del PSOE, el presidente del Gobierno durante catorce años con mayorías absolutas, ha decidido sajar el forúnculo infectado que, a su entender, representa un José Luis Rodríguez Zapatero envalentonado sin causa y con caspa. No habrá combate porque el irreductible Zapatero ha decidido no recoger el guante. ¡Qué pena! Con lo que podría demostrar el hombre más influyente ante el actual primer ministro.

El entorno del leonés de Valladolid, que pasó la mayor parte de su vida política (curriculum profesional en la vida civil no tiene) bajo las faldas del poderío político del sevillano, apretando el botón que le marcaban los entonces felipistas, lleva tiempo tratando de arañar la piel de González. Precisamente, el único socialista que fue capaz de transformar España.

Hay algo que especial y específicamente saca de quicio a Felipe: la defensa sin pudor que Zapatero hace de tiranos iberoamericanos, con singular relevancia de Maduro, Cabello y demás cabecillas liberticidas del país más rico del mundo, empobrecido hasta el paroxismo bajo sus botas. Nadie puede entender que Zapatero adopte esa posición de «blanqueo» de unos dictadorzuelos inexportables, mientras el ex presidente del Gobierno de referencia socialdemócrata se dedica a defender a las víctimas del chavismo.

Pues bien, para dilucidar esta y otras cuestiones dentro y fuera del PSOE, González ha retado a su sucesor a un debate público cara a cara. El columnista pagaría por contemplar la preventiva masacre que Felipe haría del escaso fuelle que las andanzas de ZP han demostrado desde tiempo inmemorial. El amigo y blanqueador del régimen sanguinario de Caracas sostiene que yo no le conozco y que le tengo inquina personal. He hablado como tres veces en mi ya larga vida con él; me basta y me sobra. No juzgo por cuestiones ad hominem (en lo personal me resulta simpático y hasta desternillante), sino por hechos. Dejó España como un solar económico, abrió las fosas de la Guerra Civil para enfrentar a los españoles de la actual hora, dejó a España internacionalmente en el ridículo y no sabemos de lo que vive. ¿Qué más debo conocer, señor Rodríguez Zapatero?

Ahora tiene ocasión de medirse con el que fue su jefe de filas y ante el que no pestañeaba durante casi dos décadas. Estoy por abrir una cuenta de suscripción popular para habilitar con dinero no público la organización de tal espectacular evento.

¡Atrévete, Zapatero! Recoge el guante y demuestra que tienes tantos redaños como presumes cuando estás rodeado de dirigentes que asesinan, encarcelan y torturan a sus gobernados.

Tardó pocas horas en rechazar el envite. ¡Le queda demasiado grande Felipe! Las excusas dadas son tan pueriles como cobardonas.
¡Ante ustedes, ZP en estado puro!

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