Yoli se pone farruca: ¡Tiembla Trump!

En los últimos días, a propósito de la amenaza trumpiana de elevar los aranceles al país en el que manda el mentiroso Sánchez, hemos oído por estos lares tiernos suspiros y vacuas amenazas, que reflejan a la perfección el nivel, por un lado, y la catadura, por otro, de los personajes que gobiernan España.
La que todavía es vicepresidenta segunda (se aferra al cargo como percebe a la roca), Yolanda Díaz, convocó a los medios para exhalar, en su particular jerga inhábil, una amenaza directa al inquilino de la Casa Blanca que, sin duda, no ha dejado dormir al interpelado durante varios días. «¡Se va a enterar…!», dijo farruca y patriota la ferrolana. Acto seguido se puso uno de esos vestidos fashion (¿quién paga?) y se fue a entregar el Premio Planeta a Juan del Val. Esos actos producen hemorragias sudorosas en la ministra de Trabajo en un contexto que, tras más de siete años de oropel, no se lo cree. Ministra comunista…, dicen.
Luego vino su correa de transmisión en el otrora respetado sindicato comunista CCOO, un tal Sordo, a conducirse de igual guisa. Llamó de todo al presidente de los Estados Unidos en un ejercicio mental que demuestra que el muchacho no ha pasado por Cambrigde, ni siquiera por la jesuítica Universidad de Deusto.
¿De dónde han surgido tamaños sujetos? Viven en el país del nunca jamás, corrompidos por cuatro eslóganes fracasados y por situaciones económicas personales que creen erróneamente que todo el mundo disfruta.¿Se habrán parado a pensar siquiera por un momento qué pensara de ellos la “ordinary people”, esa que dicen falsamente defender?
¿Qué han hecho los españoles para merecer esto?
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