El sorprendente fichaje de ‘Efe’, vía Bucarest

Efe Bucarest

Todo indica que a la presidenta de la estatal y oficial Agencia Efe, Gabriela Cañas, le han metido un gol -¿o no?- por toda la escuadra. Eso a una visitante del palco del Bernabéu no debe haberle hecho gracia alguna.

Me explico. Hace algunas semanas nos enteramos de que una tal Júlia Bacardit, escritora, al parecer, exigió cuando entregó un original de un trabajo previa exigencia (aceptada) de la editorial de no publicar el mismo en lengua castellana. Hasta ahí, oiga, está en su derecho. Incluso está en su derecho, España es un país democrático a pesar de los totalitarios independentistas catalanes, en calificar como «Estado fascista» al país donde vive y le permite, ¡faltaría más!, calificar de tal guisa. Lo que resulta algo irónico, contradictorio y revelador es que la tal Bacardit ande presumiendo por ahí de que acaba de ser nombrada corresponsal de la Agencia Efe en Bucarest. Seguramente tiene interés en seguir la pista a los Ceaucescu y su estalinismo en estado puro del que puede dar fe y acreditar y hacerlo desde un medio cuya lengua oficial es el castellano. Es el paradigma de esos independentistas de salón que aprovechando la liberalidad de España siempre encuentran resquicio para aprovecharse de lo que demonizan. Porque es raro que la dadivosa Generalitat, tan libre, pluralista, progre y universal, no haya tenido el detalle de nombrar a la susodicha corresponsal con delegación propia en tan bella capital de la Rumania post Ceaucescu.

No conozco a la mencionada, por lo tanto, nada personal, puedo mantener contra su pretensión profesional de servir a la sociedad española a través de la oficial Efe que, según su teoría suscrita en múltiples tuits, el Estado que la sostiene es «fascista» y otras lindezas. No es, desde luego, el único caso que conozco de trileros(as) ideológicos(as). En Radiotelevisión Española hay varias docenas, desde El Pirulí a Sant Cugat. Algo que no podemos hacer en los medios de titularidad ultranacionalista excluyente los que creemos que España y su unidad es un valor progresista, democrático y a mantener.

Imagino a la señora Bacardit presentando sus credenciales profesionales ante la sociedad rumana: aquí una periodista con pasaporte español que me ha dado un Estado «fascista» del que me quiero ir… Mientras tanto, rindo mis servicios a un medio de comunicación que se nutre de los dineros que me facilita el Gobierno de ese Estado opresor… ¡Viva la coherencia! ¡Viva la libertad! ¡Viva la prensa libre!

P. D.: Prometo a la acreditada freelancer leer con atención sus crónicas desde la libérrima y próspera Rumania que conocí bien en los años finales del estalinismo rumano, donde ni el pueblo comía, la libertad se soñaba y los pocos electrodomésticos venían de Estados Unidos.

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