Sánchez & Pumpido: maquiavélicos planes
Una vez herida de muerte la amnistía ahora lo único que falta es detener al reo en fuga, que Puigdemont ya se encargará de hacerle pagar la traición a Sánchez, hundiéndole la legislatura. Visto el tablero donde se mueven tales truhanes puede agravarlo un brujo como Conde-Pumpido, que mandó al limbo el caso ERE con muy malas artes y que es capaz de resucitar la extinta ley cuando lo exija el tirano, pues es un juez ducho en malear las leyes de la magistratura según le convenga en cada momento a Narciso, con la sola condición de vulnerar -gravemente- la separación de poderes para urdir entre ambos sus maquiavélicos planes.
Sánchez ha perdido de vista la noción del equilibrio mental, los rasgos de su rostro lo atestiguan. Begoña tendrá que inventar demasiados cuentos de hadas para distraer al juez de la catarata de pruebas que la definen como la brocker más ansiosa del orbe, siendo la diva de las influencias claras y de los apaños turbios y eso no hay quien lo oculte. Sánchez llega tarde para taparle la boca a la prensa libre. Él y su esposa merecen que sus abusos y burlas sean señalados para frenarles. El gañán, antes que ella, al creerse un ser muy especial que está por encima de todos nosotros y es un pelma de marca mayor, un pelmazo trofeo de oro, y no hay quien aguante a un cínico endiosado.
Pilar Díez dice que «Begoña está a punto de sentarse en el banquillo y Sánchez está enfermo de odio». A los dos los han cogido con las manos en la masa. Ya veremos lo que nos cuentan ahora. Ninguna verdad, desde luego.
Como la tal Begoña Gómez quiere pasar totalmente inadvertida, llegará en un coche oficial al juzgado y estará protegida por diez escoltas del autócrata. Joan Guirado no ha querido asegurarme si el vehículo está blindado y eso que lleva un gran tesoro en su interior. También habrá varios policías de paisano y otros uniformados en los aledaños del edificio. En fin, una puesta en escena tremendamente discreta. Como para pasar desapercibida.