Sánchez pone al lobo Bildu a cuidar de las ovejas

Editorial
Sánchez pone al lobo Bildu a cuidar de las ovejas

Lo que ha hecho Pedro Sánchez al aceptar las propuestas de los proetarras de Bildu a su pendiente reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana es una de esas indecencias que repugnan ya no por el fin que busca -el apoyo de los herederos políticos de ETA-, sino porque a los sucesores de una banda de asesinos se les concede mando en plaza a la hora de determinar y regir el comportamiento de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Es natural que quien vio siempre a la Policía y a la Guardia Civil como fuerzas opresoras del Estado las someta a la mayor de las humillaciones en función de sus infames criterios ideológicos. A instancias de Bildu se prohibirá el uso de las pelotas de goma y se modificarán las sanciones por falta de respeto a la autoridad y desobediencia. Obviamente siempre pensando en el bien del presunto delincuente.

De modo que serán los sucesores de ETA en las instituciones quienes establezcan el modo y manera en el que la Policía y la Guardia Civil deben actuar, lo que nos coloca delante de un escenario inquietante. Que Bildu -el lobo- sea quien cuide de las ovejas -el rebaño social- por decisión expresa de Pedro Sánchez es la quintaesencia de la degradación ética que mueve la actuación de un presidente del Gobierno que ha sobrepasado de largo todos los límites. A partir de ahora, la desobediencia a los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, que se ha incrementado considerablemente en los últimos años, será algo tan natural como que los delincuentes campen a sus anchas. La Ley de Bildu les protege frente a guardias civiles y policías, obligados por la norma proetarra a guardar el máximo respeto y consideración a los violentos. Que Bildu haya logrado que Sánchez degrade hasta este extremo a policías y guardias civiles es la prueba del nueve de que estamos gobernados por un inmoral.

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