Sánchez da la puntilla a la economía española

Sánchez da la puntilla a la economía española

El estado de alarma aprobado por el Gobierno es la constatación de un fracaso: cuatro meses después de que Pedro Sánchez animara a los españoles a salir “sin tener miedo a los rebrotes”, vuelve a recurrir a una medida excepcional para frenar la expansión del virus, aunque en esta ocasión deja en manos de las comunidades el control de la situación.

Parece evidente que el Gobierno ha permanecido cruzado de brazos desde julio y que ha dilapidado de forma miserable un tiempo precioso. Sólo salió de la parálisis para decretar el estado de alarma en Madrid dentro de una estrategia de acoso y derribo contra la Comunidad de Madrid, cuyas medidas de restricción de movimientos por zonas estaban y siguen dando resultados. Sanchez pegó una patada a Ayuso en el trasero de todos los madrileños en una obscena utilización partidista de la pandemia.

El Gobierno podría haber articulado un plan B que permitiera a las autonomías habilitar medidas extraordinarias contra el virus, pero no hizo nada. Había, si se hubiera querido, otra forma de combatir la pandemia sin necesidad de recurrir a un estado de alarma que ahora Sánchez quiere que dure varios meses. La inseguridad jurídica que durante meses han soportado miles de comercios ha arruinado la economía de pequeños y medianos negocios perdidos en un laberinto de normas interminable.

El nuevo estado de alarma supondrá la definitiva puntilla. Si la economía española ha sufrido más que ninguna otra la incapacidad palmaria del Gobierno socialcomunista, la negligente gestión de Pedro Sánchez amenaza con la ruina y la devastación de centenares de miles de negocios. Sánchez ha convertido a España en un erial y su grandilocuente escudo social se ha revelado como una inmensa mentira.

Todavía hace unos días Sánchez se jactaba de que multiplicaría la multimillonaria ayuda que España recibirá de la UE y que, como en el milagro de los panes y los peces, convertiría la pobreza en riqueza por arte de magia.

Le van a faltar varitas, porque la situación a la que se ve abocada España no la arregla este falsario Houdini del tres al cuarto que nos ha llevado al abismo. Meses de mentiras, trampas, chapuzas y oratoria hueca para volver a la casilla de partida. En julio animaba a los españoles a salir a la calle sin miedo a los contagios y ahora los vuelve a encerrar llevándose por delante el futuro de millones de familias

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