¿Por qué no te callas y te marchas, Marlaska?

¿Por qué no te callas y te marchas, Marlaska?

Ministro Marlaska, nuestras vidas tienen un camino paralelo, usted eligió la Judicatura, yo el Cuerpo Nacional de Policía. Ambos representamos la defensa de los ciudadanos, de la verdad, de la responsabilidad, y del buen hacer en nuestro camino.

He pasado, durante 43 años de Carrera Profesional, por Servicios de los más importantes dentro del Cuerpo Nacional de Policía. La diferencia es que yo no me he desviado de mi camino haciendo el mejor trabajo posible en defensa de la Seguridad y de los ciudadanos.

Por el contrario, usted, que durante su etapa de juez cumplía, y así se le reconocía, no sólo se ha desviado de su camino, ha traicionado la responsabilidad y la verdad, principalmente, con su actuación contra natura que se le supone a un ministro del Interior.

La fortaleza de un ministro del Interior está en el respaldo de los que manda, la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía. Y los policías y guardias civiles responderían con lo que mejor saben hacer, defender y cumplir con la ley, sus normas y ordenanzas.

Pero no, usted se ha echado en manos de la política, de una política sectaria, siguiendo lo que le ordenan, olvidándose de la lealtad que debería tener ante los policías y guardias civiles. Guardias civiles y policías, que no se venden, que sufren, con sus familias, los vaivenes continuos de falta de seriedad y apoyo en los momentos que más se necesitan.

Oír hablar de usted y de otros muchos políticos que nos rodean, de progresismo, de políticas progresistas, etc., es de vergüenza.

Los cuerpos de la Policía y de la Guardia Civil, junto a las Fuerzas Armadas, son los estamentos del Estado que sí que han progresado de verdad, con calidad, pensamiento de futuro, vamos, los más progresistas, sin anuncios ni propaganda oficial, ni programas en los medios de comunicación como ocurre con partidos políticos en tertulias de muy dudoso nivel. No hay más que pasar por diferentes programas para darse uno cuenta de lo sectario que son las intervenciones.

Progresistas números uno en España son el Cuerpo Nacional de Policía, la Guardia Civil, y las Fuerzas Armadas. El cambio se efectuó hace muchos años, cambiando los parámetros de un futuro para mejorar en grado sumo la atención al ciudadano, la lucha contra el crimen organizado y contra el terrorismo, y para la defensa del territorio nacional, participando y luchando contra un enemigo común, haya donde se les mande.

¿Qué recuerdo dejará usted cuando se marche? Ningún hecho importante. En cambio, se le recordará como el ministro que en vez de apoyar a sus policías y guardias civiles, perseguía actividades de estos para contentar al mando, y al separatismo autonómico.

El famoso 1-O, cuando la Policía se encontraba amenazada por esa banda de progresistas de una manera salvaje, la Guardia Civil quiso ir a echar una mano y ayudar a las UIP del CNP. No se permitió.

La falsa agresión homófoba de Malasaña rápidamente se vendió como ataque de la extrema derecha, y además le echa la culpa a un partido político, que niega haberle nombrado cuando le preguntan, grabado y visto en TV. Es impresionante que no le dé vergüenza. Y además, le echa la culpa a la Policía, el colmo. Usted tenía información de primera mano de la verdad, pero hay que utilizar todos los resortes para culpar a terceros.

¿Dónde está la investigación y su resultado de las balas fake a usted y a Pablo Iglesias? Por no hablar de la amenaza a una ministra que recibe un sobre con una navaja.

¿De verdad se cree que las balas pasaron todos los controles de Seguridad, y llegan a sus despachos? Sólo con leer un poco, uno se da cuenta de la utilización más antigua del comunismo, levantar y preparar falsas pruebas, y utilizar los medios de comunicación para airear, y hacer pasar una falsedad, por verdadera. De toda la vida, la mentira tiene las patas muy cortas.

Ya empiezan a ser numerosas las actuaciones de usted con hechos contraproducentes, se le amontonan. Y en vez de apoyarse en la Policía y la Guardia Civil, que son sus soldados, dotándoles de medios completos, respaldo y defensa continua de unos progresistas de verdad, los policías y guardias civiles, actúa usted de la única manera que veo, “que no me molesten, yo a lo mío”.

Podría seguir con muchos más ejemplos, pero no terminaría. Pero no puedo dejar pasar temas como: la utilización del joven Samuel asesinado en La Coruña. Su enfado cuando la Guardia Civil detiene a miembros de CDR por terrorismo, que van a ser enjuiciados pronto.

La poca decisión y orden como se debe mandar, para proteger un mitin en un barrio de Madrid, y ocultando deliberadamente, que dos de los detenidos eran escoltas de Pablo Iglesias.

El acercamiento de los presos de ETA, y no parar los numerosos y continuos homenajes a asesinos con numerosas muertes encima de ellos, me demuestra que su dignidad no sabe dónde está, la tiene que encontrar. Se lo dice un policía que se salvó de una bomba de ETA por 3/5 segundos, solo por 3/5 segundos. Yo lo puedo contar y levantar mi voz. Es indignante su falta de compromiso con la realidad del Cuerpo Nacional de Policía y con la Guardia Civil.

Hay más ejemplos, como el del coronel Pérez de los Cobos, que por cumplir Orden directa de una juez, sobre investigaciones que realizaba por mandato de la misma, y con Orden de solo comunicar con ella, usted le destituye, “por falta de confianza”.

La categoría personal, y profesional, de Pérez de los Cobos está por encima de la de usted, no le llega usted ni saltando. Si el juez hubiera sido usted, le habría dado la misma orden, y si no lo hace, le habría metido en la cárcel, por así decirlo.

¿Dónde está su honor, dónde está su dignidad, de verdad le compensa seguir a pies juntillas lo que le mandan, en contra de la lealtad y respeto que le debe al Cuerpo Nacional de Policía y a la Guardia Civil?

¿De verdad le compensa formar parte de un Consejo de Ministros en el que se decidirán temas, que incluso, vayan en contra de la forma de pensar cuando era usted juez?

Por eso mi encabezamiento: cállese para no quedar en ridículo y váyase por el bien de unas Fuerzas y Cuerpos de la Seguridad del Estado, que sólo están al servicio de los ciudadanos.

Luis Algar es inspector jefe jubilado del Cuerpo Nacional de Policía

 

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