El PSOE es el Concorde
Dicen que Miguel Iceta ha forzado a Sánchez a modificar su programa electoral en menos de 24 horas para incluir la reforma federal de la Constitución y la Plurinacionalidad. Es que le estoy viendo ahora mismo; Miguel reprimiéndome mientras lee este artículo mío porque: «oiga, mi nombre es Miquel. Lo de ‘Miguel’ es cosa de su nacionalismo español». No es un menester ‘facha’, Miguel. Es más bien porque usas lo de ‘Catalunya’ en todos tus artículos y comparecencias en castellano, y se dice ‘Cataluña’. Lo de ‘Catalunya’, como lo de ‘plurinacionalidad’ y ‘federalismo asimétrico’ es la excentricidad que sólo se pueden permitir los líderes metropolitanos del PSC que se han pinchado en vena, y de buen grado, el Síndrome de Estocolmo.
Adoptar el relato y la retórica separatista es como si Iceta, Torra, Carlos Sastre, y Oriol Junqueras, ahora rebautizado como ‘autonomista’ por los medios nacionales mientras le dice a Sánchez desde el economato carcelario que «se meta el indulto por el culo» (sic), pagaran la bacanal golpista a pachas.
Los nacionalistas, anarquistas, abuelos cebolletas de Terralliure, controlan el poder y los chutados del PSC, débiles por ‘el Síndrome’, doblan la rodilla para pillar cacho y continúan contribuyendo a las cuentas domésticas de Puigdemont pagándole a Marcela Topor los 6.000 mensuales desde la Diputación de Barcelona.
Nada hay de nuevo en el aval sanchista desde Madrid a este discurso.
El PSOE sigue cometiendo las peores fechorías contra España gracias a un salvoconducto democrático que, en lo toca al respeto a la integridad de la nación, sólo fue merecido durante el felipismo. Cuando escucho a los directores de los periódicos hablar de la necesidad de un gran pacto de los tres partidos constitucionalistas, PP, C´S y PSOE, me viene a la cabeza de forma fulminante el accidente del Concorde que se estrelló con 113 personas abordo en Gonesse, Francia, hace casi 20 años, porque lo que hacen esos ‘líderes’ de opinión cuando confían el futuro y las posibilidades de 47 millones de españoles al PSOE nacionalista que ya gobierna con ERC y JxCat en 40 municipios catalanes, equivale a garantizar que ese avión de pasajeros siga funcionando como uno de los más seguros del actual escenario.
Con todos los respetos a mis amigos de la Meseta Central; si pensáis que el nacionalismo es sólo cosa de Sánchez e Iceta es que no os enteráis nada porque nunca habéis vivido en la Comunidad Valenciana o Baleares, donde las nutridas hemerotecas de los periódicos regionales ya abrían con titulares como el del periódico Las Provincias del año 81: «El PSPV asegura que jamás impedirá la idea de los países catalanes». Todos los nacionalismos periféricos han sido cosa del PSOE desde que Iceta se pensaba que ‘Federalista’ era Tom Selleck disfrazado de poli castigador en Magnum.
Los universitarios y los niños de temprana edad ya son consumidores del nacionalismo en las comunidades autónomas elevadas por los socialistas al rango de nueva comunidad lingüística por el mero hecho de tener más de una lengua oficial. En Baleares gracias a Armengol y en la Comunidad Valenciana gracias a Puig, quienes dan pico y pala a los niños para la construcción de su nueva nación segregacionista, retrasada y clientelar que, de vez en cuando, en pleno centro de Valencia, ya copia a los nazis de las bragas subidas hasta la nariz que campean a hostias a los críos en las universidades catalanes. El PSOE es ese Concorde.