El PP se redime en Sevilla: ¡Vista a La Moncloa!

El PP se redime en Sevilla: ¡Vista a La Moncloa!
El PP se redime en Sevilla: ¡Vista a La Moncloa!

Sevilla tuvo que ser. Esteban González Pons, el mocetón valenciano de camisa blanca, el intelectual/poeta del PP que tiene una visión positiva de la existencia, ha sustanciado un Congreso Extraordinario con un objetivo definitivo: poner los motores a punto para retornar al lugar de donde no debió salir de manera tan abrupta.

Se puede entender la entusiástica algarabía con la que las gentes del Partido Popular pusieron en pie un cónclave convocado precisamente para atornillar la herida profunda y sangrante que ha supuesto el despido abrupto de toda una dirección nacional. Mantengo lo sostenido en un post de semanas anteriores: el intento de espionaje a la lideresa Ayuso fue el detonante de la gran crisis, no la causa fundamental. Esta no es otra que la agresión constante por parte del jefe del aparato, García Egea, a los responsables de los distintos territorios con la aquiescencia de su comandante en jefe convertido ya a sus 41 años en un ex.

Nunca me gustó dar lanzada a moro muerto; eso es lo fácil. Lo cierto es que en muy pocos días, la llegada de la última esperanza azul ha tenido la virtualidad de inyectar en vena la vitalidad y la confianza necesarias para que una formación política puede lograr su máxima objetivo: el poder. El resto son gaitas gallegas. El teórico extremo centro que Feijóo y su equipo pudieran representar tiene que dar agua mientras cambia las cañerías. Sobre todo, tiene que transmitir la sensación de que es un partido útil, que tiene recetas para mejorar la vida de los españoles sin necesidad de agotarles el bolsillo. Eficacia, austeridad, honradez, equipos y capacidad de reformas.

Es de suponer que tras la coronación de Núñez Feijóo -el presidente popular que llegó de la izquierda moderada galaica- la inmensa maquinaria socialista y sus cuates comunistas comenzarán a disparar de inmediato fuego graneado. Tiene su lógica. A sensu contrario, la entente progubernamental debe atarse los machos porque el recién llegado no es manco y tiene dos manos acostumbradas a repartir si la ocasión lo demanda.

Viene con la cultura del pacto, sí, pero está dejando claro desde el primer momento, que dos no pactan si uno no quiere. Ahí está el asunto actual del real decreto sobre medidas económicas para el combate contra la gran crisis que asoma los hocicos. El gran escollo para que vuelvan al redil los millones de votos que Vox les ha venido birlando es precisamente esta formación que en una sociedad tan polarizada como la española no es fácil. Ya saben ustedes acción/reacción.

Si Alberto Núñez Feijóo consigue unir a todo el PP alrededor de su liderazgo, recuperar la decencia y la sensatez política, será muy difícil poner puertas al campo. La elección de Cuca Gamarra al frente de la organización del partido va en esa dirección. Moderada, con experiencia en la vida civil, seria, experimentada en la gestión pública como alcaldesa, mujer de consenso interno. Buen ojo en la elección. Sin embargo, tengo que volver a repetir un axioma: las elecciones las pierden los gobiernos, no las gana la oposición, aunque esta ayuda a que las pierdan. Ya padecen ustedes en carne propia lo que este Gobierno es capaz de hacer y aún perpetrar.

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