Pepiño, el lobista

Pepiño, el lobista
  • Graciano Palomo
  • Periodista y escritor con más de 40 años de experiencia. Especializado en la Transición y el centro derecha español. Fui jefe de Información Política en la agencia EFE. Escribo sobre política nacional

Hacía algún tiempo que aquel gran Pepiño de antaño, uno de los iconos del zapaterismo y gran aprovechado del mismo, no le hacían los honores de titulares y portadas en la prensa libre.

No es que se repitan aquellas grabaciones de sus conversaciones telefónicas en gasolineras gallegas con empresarios a los que prometía “tratar bien…Si tú te portas bien…”. De Pepiño Blanco -tras su paso por el poder zapaterista (tanto en el PSOE como en el Gobierno) cambió radicalmente de look, de nivel de vida y todo lo demás, se dicen muchas cosas por el burgo podrido que es Madrid. Luego se dio una vuelta por el Parlamento Europeo -buena retribución- y ensanchó su agenda mientras su amigo el fiscal Conde Pumpido le hacía el trabajo cuando se presentaron legajos en el Tribunal Supremo contra él.

¡Gran artista, don Pepiño! Sus andanzas gallegas (económicas) no han sido descritas todavía. Ahora aparece vinculado al lobby de los Puertos de Baleares donde manda su coleguilla de militancia socialista Francina Armengol. Un feo asunto de corrupción neto que puede poner patas arriba un andamiaje mafioso y afectar, justamente, a personas que utilizaron la corrupción, intolerable por lo demás, para ganar favores políticos y electorales. Ya sabe, amigos, los que más hablan, son los que más tienen que callar.

El caso de José Blanco es de libro. ¿Libro si es ágrafo? Sí. Gracias a la política un paisano lucense ha podido ascender en el escalafón social, ganar más dinero que jamás soñó, y disponer de una agenda notable. Dicen que unció a su grupa del jurdó a ex dirigentes gubernamentales del PP. No tiene nada de extraño. La pasta es lo que produce ternura en otrora adversarios a destajo.

Resumiendo, el fiscal, según informaciones fehacientes, tiene pensado hacer desfilar al señor lobbysta por su despacho. ¿Asunto? Explicar su participación en otro caso de intenso olor a podrido ahora cerca de Formentor.

¡Un genio, Pepiño!

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