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El patrimonio y la incuria

El patrimonio y la incuria

Can Serra, Can Weyler, las torres del Temple o Almudaina d’en Gumara por otro nombre y Can Oleo. Hete aquí situaciones cuasi paralelas, porque exceptuando el último casal, que fue restaurado y al que la UIB dio un nuevo uso, y la rehabilitación de El Temple, que por fin se está llevando a cabo, los dos primeros se encuentran en un lamentable estado de abandono. Can Serra y Can Weiler son dos de los mejores exponentes de vivienda señorial de la época gótica y las torres del Temple, uno de los pocos restos de la época musulmana que quedan en la ciudad y son, cada uno de ellos, auténticas joyas del patrimonio palmesano. 

El Govern del entonces Pacte de Progres adquirió en el año 2003 el casal de Can Serra por 1,4 millones de euros y con dinero de la ecotasa, siendo cedido en 2005 al Ayuntamiento de Palma. Por tanto, uno de los exponentes de civil gótico más importantes de ciudad de finales del siglo XIII pasó a ser patrimonio de la ciudad. Pero han pasado casi veinte años y desde entonces el edificio continúa hoy amenazando ruina.

No sería hasta el año 2010 cuando el Ayuntamiento encargó un proyecto de rehabilitación para devolver Can Serra a sus orígenes. El presupuesto de esta obra ascendía ya entonces a siete millones de euros, pero diez años después, la propuesta aún no se ha llegado a materializar y Can Serra permanece cerrado a cal y canto. Llegados al año 2020, pasados diez años de haber realizado el proyecto de rehabilitación, aunque sin haberlo llevado a término, el Ayuntamiento, ante la creciente degradación del edificio, se propuso desempolvar el proyecto y recurrir nuevamente para ello a fondos procedentes de la ecotasa o de la ley de Capitalidad

La rehabilitación de Can Serra requeriría invertir no solo una elevada suma de dinero, sino años de trabajos, entre cinco y ocho, pero así hasta hoy. Ahora de nuevo, ante la vergüenza que esta situación conllevaba, el Ayuntamiento pone otro parche y destina una cantidad ridícula a un nuevo estudio histórico, artístico, arquitectónico. Y así, ya se verá, ad calendas graecas.

La compra de Can Weyler por el Consell de Mallorca en diciembre del 2010 es otro asunto que tal baila. Ahora a algunos políticos les han entrado las lógicas prisas y reclaman que su rehabilitación esté finalizada en mayo de 2023. Porque es evidente que se está dejando perder un edificio que hace diez años que necesita una intervención urgente y debería ya haberse llevado a cabo tras un tercer estudio sobre su rehabilitación. 

Su compra fue anunciada como uno de los hitos importantes y entonces, en el año 2010, estaba destinado a ser un gran centro de dinamización turística en el centro de Palma, pero ya ven. Después de haber pagado 1,3 millones por su adquisición, no han sido aún capaces de poner en marcha su reforma, aunque dispusieran de fondos para ello.

Las obras de las Torres del Temple, sin embargo, ya están en marcha y, si no hay contratiempos, el edificio estará listo en noviembre de 2022. A lo largo de estos días se han visto ya los primeros trabajos en el histórico inmueble, en el cual se prevé que la fachada sea lo más fiel posible a la imagen que retrató el Arxiduc Lluís Salvador de finales del siglo XIX. Y la obra, que tiene un presupuesto de 2.083.534 euros, está financiada con los fondos del impuesto de turismo sostenible del Govern. 

Ya ven. Así se escribe la historia. 20 años tarda el Ayuntamiento en rehabilitar un edificio y diez el Consell. Un ejemplo más de la eficiencia de ambas administraciones. Y van…

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