No en mi nombre

No en mi nombre

La huelga convocada para el próximo 8 de marzo por la Comisión 8M no celebra el Día Internacional de la Mujer. Se trata de un entramado más de la izquierda para promover el marxismo cultural como paso previo para alcanzar el poder. Ante la negativa de las clases obreras a embarcarse en la “lucha de clases”, la izquierda se inventó nuevas víctimas. Y cuando existían, las politizaban haciendo uso del dolor ajeno. Porque cuando la izquierda habla de “empoderar” a determinadas víctimas, lo que realmente hace es empoderarse a sí misma. Ya sucedió con las clases obreras y estas les mostraron el camino de salida –cuando no les combatieron– al preferir el sistema de libertades y derechos que ponía el centro de las políticas en la dignidad de la persona a aquellas arengas que no encubrían otra cosa que el totalitarismo.

Las víctimas sólo desaparecen cuando hablamos el lenguaje impuesto por ellos y cuando estos están en el poder –recuérdese aquello del socialista Largo Caballero: “Con nosotros, cuando se quiera; sin nosotros, ni un paso”–. Si, además, se avecina periodo electoral, las autodenominadas feministas crearán más y más víctimas. Pero ahí no acaba la propaganda. También pretenden homogeneizarnos a todas las mujeres a la vez que presentan a los hombres como los causantes de todos sus males. No quieren mujeres libres, quieren mujeres sumisas al credo sectario e identitario de sus ideologías. Se han arrogado la portavocía de todas las mujeres sin ser elegidas ni nada parecido, lo cual se asemeja más al ejercicio del tirano que habla en nombre del pueblo porque el pueblo no tiene representantes que hablen por ellos.

La neomarxista Comisión 8 M afirma sin ningún tipo de vergüenza que “nos convocamos todas, como hicieron nuestras antecesoras, para quebrantar los privilegios de una sociedad patriarcal y capitalista, racista y heteronormativa”. Y yo pregunto, ¿quiénes son esas “todas”? ¿De qué “antecesoras” hablan”? ¿De qué “privilegios” hablan? ¿”Patriarcal”? ¿”Capitalista”? ¿”Racista”? ¿”Heteronormativa»? A estas señoritas, sin más profesión conocida que la de hacer la “guerra de los sexos” con sus smartphones capitalistas, hay que decirles abiertamente que nos dejen en paz y que para privilegios los de la clase dirigente de las narcodictaduras que blanquean; para “patriarcado” el del islamismo que protegen con sus silencios; para “racistas” ellas que quieren leyes especiales en función del sexo, etc.

Por eso, en VOX no cederemos ante quienes quieren que la ley no sea igual para todos. Porque nosotros creemos que los depositarios de los derechos son las personas independientemente de su sexo, raza o nacionalidad y no las identidades que se inventa constantemente la izquierda. Eso sí, la identidad nacional les da alergia y les produce sarpullidos porque el patriotismo es inclusivo y sus políticas se basan en excluir; hablan de igualdad y quieren españoles de primera y de segunda. Al contrario de los ingenieros sociales y el resto de partidos que han caído orgullosamente en el discurso del género en detrimento de la persona –»La ley de violencia de género no se toca: es nuestra”, Pablo Casado dixit– en VOX siempre vamos a reivindicar la igualdad de oportunidades independientemente del sexo.

Creemos en la capacidad de las personas y en aquellas mujeres que quieren ganarse su futuro por lo que son y no por su sexo. Mujeres que honran a sus padres, sí, al padre y a la madre; y a sus abuelos, sí, a los dos, conquistando el futuro y huyendo del victimismo. Mujeres y hombres que se niegan a que sus hijos sean considerados asesinos por ser varones o que sus hijas tengan que cumplir con los estereotipitos de las autodenominadas feministas. Por todo ello, hay que decir alto y claro, que no en mi nombre.

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