No hay virus que impida a Sánchez veranear

No hay virus que impida a Sánchez veranear

En plena escalada de contagios, Pedro Sánchez se va de vacaciones hasta el 25 de agosto. Poco parece importarle que los casos diagnosticados en los últimos 14 días asciendan a 33.579. La incidencia acumulada es de 71,40 casos por 100.000 habitantes, seis veces más que hace un mes, cuando el dato era de 12,24. Y, sin embargo, el jefe del Ejecutivo se dispone a coger tres semanas de descanso. Un mínimo sentido de la responsabilidad obligaría al presidente del Gobierno a adaptar su calendario estival a la situación de la pandemia, pero se conoce que en el orden de prioridades de Pedro Sánchez tomarse unos cuantos días de relax es más importante que la evolución del virus.

España ostenta en el triste récord de ser la nación de Europa con más números de nuevos contagios, a gran diferencia de otros países como Rusia, con una incidencia acumulada de 50,5 casos por cien mil habitantes, Bélgica (48,8), Portugal (26), Suecia (23,2), Francia (20,8), Reino Unido (14,7),  Alemania (10,2) o Italia (5,8). Por decirlo más claro: estamos peor que nadie y, sin embargo, el presidente del Gobierno, igual que el resto de su Gabinete, se va de vacaciones a La Mareta (Lanzarote) y Las Marismillas (Doñana), dejando en manos de las comunidades autónomas la gestión de la crisis sanitaria. Mientras, el responsable del Centro de Alertas y Emergencias del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón, niega que España esté en una «situación grave», pese a que las propias cifras del Ejecutivo desmienten su optimismo.

La pregunta, dadas las circunstancias, es obvia: ¿Qué más tendría que pasar para que Pedro Sánchez entendiera que la gravedad de la situación obliga a permanecer alerta en su puesto de trabajo? O mejor dicho: ¿Cuántos contagios más serían necesarios para que el presidente del Gobierno se replanteara no disfrutar de unas semanas de descanso?

Da la sensación de que, una vez finalizado el estado de alarma, el Ejecutivo socialcomunista ha decidido ponerse de canto y dejar que sean las comunidades autónomas quienes lidien en solitario con el coronavirus. Y a la vuelta de sus vacaciones, Sánchez dirá. Llegaron  tarde, gestionaron rematadamente mal, mintieron como bellacos y ahora se van de vacaciones. Ejemplar.

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