Macarena de Salobreña (romance)

Macarena

Macarena está empadronada ¿quién la desempadronará? El desempadronador que la desempadrone, buen desempadronador será.

Tras leer el trabalenguas,
gritó en alto la alcaldesa,
de mi pueblo, no pasarán
los de Vox, ni su princesa.

Luego dos uniformados,
piolines, según su sanchidad,
por su casa se pasaron,
a saber toda la verdad.
¡En dos días quiero un informe!,
y quitarle su vecindad,
se va a enterar la forana,
en la junta electoral.

A Macarena no hallaron
¡En casa iba a estar!
La mujer no aparecía,
a saber ande andará.
Es que no vive por acá,
declaró la regidora,
ante la junta electoral.

En tiempo y forma inscrita está,
eso se debe respetar,
Y añadieron sin dudarlo:
sea candidata, es lo legal.

Fue desde entonces cuando
Macarena, la de Graná,
de Salobreña se hace llamar.
Pero tanto miedo les da,
que a por ella seguirán.

Ahora pillada ha sido,
sin cinto de seguridad.
Menudo escándalo, claman
Lo que hay que ver, ¡Cuánta maldad!,
Y lo dicen los de los ERES,
para atacarla sin piedad.

Pero Madrid tiene a Ayuso
y allí a Macarena tendrán.
Quítense, señores de en medio,
que se les van a merendar.

Así llega Macarena.
Como pintaba Romero,
pero el alma sin pena,
con los ojos de misterio,
ya viene de Salobreña
Con un bordado mantón,
con la alegre guitarra
y un gran clavel español.
Así se cantaba la copla
que hoy, se la canto yo.

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