Lobato, pide cuentas a tu padre

Juan Lobato, secretario general de los socialistas madrileños, se ha enojado porque la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, se ha hecho eco en la Asamblea de la información publicada por OKDIARIO, según la cual el padre del dirigente socialista es el asesor jurídico de los Servicios Funerarios de Madrid, organismo desde el que se autorizó la compra de casi 11 millones de euros a cambio de material sanitario. El contrato de los comisionistas Luis Medina y Alberto Luceño, para entendernos.
Juan Lobato ha mentido cuando afirmó que el Ayuntamiento «ocultó» a su padre los contratos. No lo dice OKDIARIO, sino su propio padre, que, al tiempo que afirmó que desconocía el convenio de las mascarillas, negó que el consistorio le apartara con aviesas intenciones, como asegura su hijo. El problema de fondo es que Juan Lobato ha intentado de manera miserable implicar al alcalde en un asunto en el que la Fiscalía no ha observado indicios delictivos en el Ayuntamiento.
Si la izquierda ha sacado a pasear a un primo de Almeida con la única intención de hacerle daño políticamente, Juan Lobato no puede escandalizarse por el hecho de que Ayuso le recordara que, cuando se utiliza ignominiosamente a un familiar, uno puede terminar probando su propia medicina. OKDIARIO no ha cuestionado el papel del asesor jurídico de los Servicios Funerarios -el padre de Lobato-, sino la hipocresía con la que su hijo se ha comportado en un asunto ante el que no ha dudado en utilizar a la familia de Almeida -como también hizo con la familia de Ayuso- para sugerir un falso compadreo entre el alcalde y los comisionistas.
Juan Lobato se siente dolido por vincular a su padre con el contrato de las mascarillas, cuando el hecho objetivo es que su padre es el asesor jurídico del organismo que autorizó el contrato. De modo que si a Juan Lobato no le valen las explicaciones del alcalde, que pida cuentas a su padre.