Lección de dignidad de la España constitucional a Pedro Sánchez

Manifestación Sánchez
Manifestación contra Pedro Sánchez

La manifestación de Madrid en contra del Gobierno socialcomunista es la constatación de que el latido constitucionalista es más fuerte que nunca y que hay una inmensa mayoría de españoles concernidos con el sentido más noble de la identidad nacional. Lo vivido en Madrid es la expresión más vigorosa de un país que no se resigna a ver cómo el Gobierno tritura los valores y principios democráticos de una nación que se rebela contra la demolición institucional promovida por un Ejecutivo que ha unido su destino político al de los golpistas y etarras. La situación no admite equilibrismos y no habría estado de más que el PP hubiera tenido una participación más relevante en la cita, porque por encima de cálculos electorales está el interés nacional.

En cualquier caso, el éxito de la convocatoria ha sido apabullante y confirma que hay una inmensa mayoría que no se resigna y planta cara pacíficamente a una izquierda que gobierna subida a lomos del sectarismo más extremo. Resulta una ignominia que Sánchez equipare la manifestación de Madrid a las protestas de los separatistas catalanes y se permita la osadía de acusar a los participantes de defender la España «excluyente». Qué concepto de España puede tener un presidente que a quienes defienden la Constitución y los valores democráticos los pone al mismo nivel que a quienes pretenden quebrar la unidad nacional.

Esa acusación de Sánchez retrata la vileza del personaje y justifica la necesidad de manifestarse contra un presidente que es la expresión misma de la inmoralidad. La manifestación ha sido una reconfortante demostración de orgullo y arrojo patrióticos, una vigorizante muestra de pulso democrático frente a la indecencia política de un jefe de Gobierno que es incapaz de entender que la dignidad de España y de los españoles es motivo suficiente para plantar cara a quien pretende vender por un puñado de votos los valores constitucionales. Es el grito de un país harto de las concesiones a los enemigos de España y cansado de comprobar cómo el socialcomunismo pretende imponer su abyecto código de valores con la ayuda de quienes han dejado claro que su objetivo es romper España.

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