La izquierda cabalga de nuevo… sobre desgracias

Pasan los días y vamos tomando conciencia de la magnitud de esta pandemia que afecta a todo el mundo y que ha tocada a España y a nuestra región de manera tan dramática. Y según pasan los días cobra más valor la determinación de la presidenta Ayuso que, si ya en enero había creado en Madrid un Comité de Expertos, fue la primera dirigente en tomar medidas serias (en residencias y cierre de colegios) mientras el Gobierno pedía no generar alarma antes del 8M. Y pasan los días y aumenta la conciencia colectiva de que el Gobierno de España actúo tarde (hasta en 5 ocasiones desoyó los mensajes de la OMS), ocultó información (buscando material de protección para la policía mientras al resto nos decían que serían 1 o 2 contagios) y está más pendiente de sus equilibrios internos que de hacer las cosas bien.
Y mientras PSOE y Podemos oficialmente nos hablan de #EscudoSocial, la realidad es que -pudiendo enmendar errores- han optado por pasar al ataque con #PuñaladasTraperas. Y en esta fase, una vez más, Madrid está en el centro de su diana. Para ello cuentan con el apoyo de Más Madrid (que en vez de pedir más para Madrid, actúan como mamporreros del Gobierno socialcomunista), y la ayuda de sus clásicos altavoces mediáticos y el paraguas manipulador de RTVE.
En los últimos días, el Partido Socialista de Madrid ha culpado directamente a Ayuso del fallecimiento de 1.000 mayores en nuestra Comunidad. Y Podemos y Más Madrid han vuelto a sacar sus perfil activistas (SpanishRevolution), además de -como publicó recientemente OKDIARIO- sus canales de Guerrilla 2.0 para hacer infames vídeos, orquestar campañas en redes sociales, hacer acusaciones contra la calidad de la sanidad madrileña o directamente contra la presidenta Ayuso. Tardes dando la batalla revolucionaria desde sus smartphone que suelen terminar exigiendo a la Comunidad y al PP lealtad con el Gobierno de España. Como ellos vaya.
No veremos esta “guerra sucia” a sus líderes, no. Al margen de la tropa, eso está para los mozos de espadas, para opinadores obsesionados con Ayuso, o gurús ideológicos de estos partidos que precisamente se han quedado fuera de primera línea, para poder estar sin el bozal aunque siempre con chaleco puesto.
Lamentablemente no es nuevo. Quienes tenemos memoria recordamos otras tragedias que fueron usadas por la izquierda para acusar a gobiernos populares de auténticas barbaridades.
Recordamos cuando en las manifestaciones (legítimas) por la guerra de Iraq, con el apoyo de dirigentes de izquierda, se mostraban la cara de diputados del PP bajo una diana.
Recuerdo cuando se culpaba a un Gobierno, a un partido, de la muerte de 191 personas en el atentado terrorista más grave de la historia de España.
No me olvido de la última etapa del Gobierno de Aznar, cuando la izquierda culpaba al PP de cada asesinato machista por no existir de una Ley Integral que nos vendieron como la panacea y que lamentablemente se ha demostrado como insuficiente.
No está muy lejos cuando en 2011 el Gobierno del PP tuvo que hacer frente a una crisis sin precedentes en nuestro país, una crisis que en 2008 el PSOE negaba y que dejó al país al borde de la quiebra. Recuerdo cómo los responsables de dejarnos aquella situación fueran incapaces de apoyar ni una sola de las medidas que tuvimos que tomar.
Y no puedo olvidar cuando en 2014 se descubrió un solo caso de contagio de ébola que finalmente se curó y hubo que sacrificar a un perro. No olvido que se pedían dimisiones a los pocos días, no olvido las denuncias y ataques a Rajoy por parte de quien hoy ostenta la Presidencia del Gobierno y recordaré siempre los gritos de «¡asesinos!» a miembros del PP por el sacrificio de un (pobre) perro para evitar el riesgo de contagio.
Y finalmente no olvidamos que la mayoría de las algaradas que se montaban alrededor de estos episodios, acababan con el cerco a las sedes de un partido democrático, unos ataques alentados por quienes hoy representan una parte del Consejo de Ministros, con el silencio cómplice de la otra mitad del actual Gobierno.
Hoy ante la pandemia más grave que ha vivido nuestro país, la izquierda busca en Madrid la coartada para evitar afrontar las evidencias generalizadas de que, (por ser prudente) el Gobierno de España podría haber actuado mejor. Porque ya en otras ocasiones han usado desgracias para cabalgar sobre ellas y hacer política («politizar el dolor» lo llamaba el vicepresidente Iglesias), sabemos que pueden repetirlo. Pero están a tiempo de evitarlo. Porque si esta pandemia marcará sin duda un antes y un después en muchos aspectos de nuestra región, los madrileños sabemos que tenemos un Gobierno autonómico que está haciendo cuanto está en su mano y haciendo las cosas bien, y esperamos del resto de formaciones políticas, no aplausos, pero sí al menos la misma lealtad que se piden para sí mismos.