Incumplir las normas laborales será penalmente más grave que malversar

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España, de la mano de Pedro Sánchez, ha entrado en un terreno legislativo que va más allá del delirio. Mientras la reforma del delito de malversación premia a los políticos que roben -especialmente si son socialcomunistas o golpistas, al imponerles un máximo de tres años de cárcel, la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, la muy comunista Yolanda Díaz, ha introducido un cambio en la legislación laboral que castigará a los empresarios que incumplan la norma reiteradamente con hasta seis años de cárcel. Antes de la reforma laboral, en vigor desde el 1 de enero, el empresario que se saltase la norma a la hora de hacer un contrato temporal a un trabajador tenía que pagar como máximo 7.000 euros. Y si la infracción era sobre más de un empleado, la multa era también de 7.000 euros. Tras la reforma, la sanción pasa a ser de 10.000 euros y si son cinco, 50.000 euros, pero ahora serán condenados a seis años de cárcel quienes «impongan condiciones ilegales a sus trabajadores mediante su contratación bajo fórmulas ajenas al contrato de trabajo, o las mantenga en contra de requerimiento o sanción administrativa».

Para entendernos: a José Antonio Griñán, por malversar más de 600 millones de euros de los ERE fraudulentos, se le rebajará la condena de 6 a 3 años cuando entre en vigor la reforma del delito de malversación, pero a un empresario que vulnere las normas de contratación se le impondrá el doble de pena que al ex presidente socialista de la Junta de Andalucía. O sea, que mientras los empresarios que incumplan la ley tendrán más sanciones y pueden acabar en la cárcel, los políticos tendrán más fácil malversar dinero público y robar. En la España de Sánchez ganan los golpistas, los terroristas, los violadores y los corruptos, pero si eres empresario te arriesgas a pasarte seis años en la cárcel. Delirante, pero cierto.

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