La importancia de la prensa libre
No hay sociedades libres sin prensa libre, que es tanto como decir que las democracias más plenas son aquellas donde los medios de comunicación cumplen sin trabas con su obligación de informar, un derecho fundamental que no admite controles ni censuras y que protege la libre difusión y acceso a la información que tienen los ciudadanos respecto a hechos de relevancia pública. En una democracia plena son los tribunales de justicia -nunca los gobiernos- los que fijan los límites e imponen sanciones a los medios de comunicación que no cumplen a la hora de informar de forma veraz. La mejor ley de prensa es la que no existe, porque todas y cada una de las normas que articulan los gobiernos suelen enmascarar, de forma más o menos grosera, su intención de controlar a los medios de comunicación.
OKDIARIO ha venido publicando en los últimos días informaciones exclusivas referentes a la investigación judicial por los presuntos delitos de estafa y falsedad sobre el marido de la directora general de Fondos UE, Esperanza Teba, que ha terminado por presentar su dimisión. Para eso está la prensa libre: para informar sobre asuntos de interés público, como es el caso que afectaba a una alto cargo del Gobierno de Pedro Sánchez. Lo que busca el Ejecutivo con su proyecto de «regeneración democrática -todo un eufemismo- es impedir que informaciones como esta puedan ver la luz, imponiendo una burda censura a los medios de comunicación críticos. La información de OKDIARIO era -como todas las que publica- veraz, pero incómoda para el Gobierno, que se ha inventando el concepto de «pseudomedio» para justificar su plan de acoso a la prensa libre. Lo que pretende Pedro Sánchez es inventarse una excusa para amordazar a los medios que como OKDIARIO no le bailan el agua. Su plan de «regeneración democrática» es un monumento a la hipocresía, porque lo que busca es maniatar a la prensa. O sea, toda una involución democrática.