Hundimiento del autócrata
Un buzo sin escafandra se hunde irremisiblemente, como Sánchez, que además ha perdido la cordura. Deduzcan su angustioso futuro. Su esposa Begoña merece un homenaje, aunque sólo sea por hacerle desaparecer del mapa debido a sus tejemanejes al socaire de la Moncloa. En su idilio brilla más el ansia de poder que el amor. Porque para aguantar al ególatra una hora hay que ser una mujer paciente, o fingir non stop. De ahí que Begoña sea la dueña de la ficción palaciega. Basta observarla, sonríe sin parar -lo mejor que sabe hacer- mientras a la chita callando teje aquí y allá, pues en eso es una consumada artista. Por eso y otros turbios asuntos, el juez que la investiga la cogió con indicios probables de ser delitos.
Suma y sigue. La UCO ha destapado un diluvio de contratos públicos de 20 millones en la consultora del amigo de Begoña durante los años 2021 y 2022, el tal Barrabés, profesor del máster de la susodicha en la Complutense que le regaló la cátedra por su linda cara y para hacer negocios con ella. El cohete de Sánchez se hace añicos antes de escalar el firmamento y cae, de la misma manera que él se hunde sin remisión por bucear sin escafandra y por haber perdido la cordura.
Nadie le ha hecho tanto daño a España como este vil soplapitos, así definen a los árbitros tramposos en la República Oriental del Uruguay. La aprobación de la Ley de Amnistía es la última putada que deja tras sí el psicópata en su afán de destruir la nación. Pero todos los líderes del PP, desde Feijóo a Ayuso más otros, ya lo habían previsto, anunciando que, de colarles la ley de los traidores, la desactivarían en el Constitucional sin mayor problema. Para enfrentarse a Sánchez hay que conocer dónde planta sus cepos y la hora en que riega el infinito jardín de sus mentiras interminables, para anegarlas. En su sucio cerebro apenas hay caos. Se hunde irremisiblemente, sin parar, con el lastre de las comisiones y el peso extra de los líos de Begoña.
«El cohete reventará antes de llegar al cielo», afirma Rotellar. «La economía no va como un cohete, ni siquiera como una moto. Desde que gobierna Sánchez, España no ha dejado de retroceder posiciones en PIB per cápita en paridad del poder de compra. Lo que sí va como un cohete es el endeudamiento y puede que estalle. Sánchez ahuyenta a la inversión extranjera por inseguridad jurídica. España perdió 4,2 puntos en su convergencia con la UE y ha vuelto a instalarse entre los países pobres de la UE». Pero la propaganda gubernamental jura que nuestra economía es la que más crece porque Sánchez jamás miente.