‘Francomanía’ sanchista, un sectario plan de manipulación

Franco Sánchez

No hay que ser un lince para descubrir la intención del Gobierno de Pedro Sánchez con la interminable serie de actos previstos durante 2025 en conmemoración del 50 aniversario de la muerte de Francisco Franco: identificar a la derecha española con la dictadura tratando de trasladar la falsa idea de que la democracia española fue un logro exclusivo de la izquierda, muy especialmente del PSOE, para de este modo deslegitimar a PP y Vox. La francomanía sanchista es una burda maniobra que no tiene más afán que hacer una reinterpretación perversa y sectaria de la Transición española con fines estrictamente partidistas. Porque hay que ser muy vil para pasar de puntillas por el papel desempeñado entonces por la Monarquía encarnada en la figura de Juan Carlos I y poner el acento exclusivamente en la muerte del dictador, como si su fallecimiento, por sí solo, hubiera abierto de manera automática las puertas de la democracia. Fue la sociedad española la artífice de un proceso que derivó en las primeras elecciones generales democráticas -15 de junio de 1977- y es una obscenidad histórica no reconocer el papel desempeñado entonces por la derecha política democrática, como lo sería no reconocer la labor desempeñada igualmente por buena parte de la izquierda.

No hay ningún logro de nadie en la muerte del dictador, que no fue derrocado y murió en la cama de un hospital, y sí hay un logro colectivo en lo que vino después. Pero para el presidente del Gobierno lo que vino después fue un éxito exclusivo del socialismo español y de la izquierda, ninguneando de manera bastarda el papel de la Corona y el de todas aquellas fuerzas políticas y sociales que desde posiciones contrarias a la izquierda también contribuyeron al advenimiento de la democracia. La previsión, según Moncloa, es que el Rey esté en al menos un acto y que encabece una visita institucional a los campos de concentración de Auschwitz y Mauthausen, en un intento de vincular groseramente a la dictadura franquista con el nazismo.

Todo es un supremo ejercicio de obscenidad que lo que busca es identificar a PP y Vox con la dictadura, diluyendo, de paso, el papel de la Corona en la consecución del régimen de libertades consagrado en 1978 por la Constitución. Esa que, por cierto, la izquierda quiere ahora convertir en papel mojado.

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