El expolio catalanista de la ‘Farragut Fund’

El expolio catalanista de la ‘Farragut Fund’
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Como viene siendo habitual el expolio catalanista se centra en aquellos personajes tanto de Baleares como de Valencia que más le interesan, como el filósofo mallorquín Ramón Llull, el cartógrafo mallorquín Cresques Abraham o los escritores valencianos Ausías March y Joanot Martorell, entre otros.

Desde hace unos años, a través de la Farragut Fund for Catalan Culture in the US, el catalanismo ha sumado a su expolio a la saga Farragut de héroes estadounidenses de ascendencia menorquina y al valenciano Rafael Guastavino, el “arquitecto de Nueva York”, que con su empresa Guastavino Fireproof Construction Company dejó una importante herencia constructiva en los EEUU. Su participación fue crucial en la edificación de casi un millar de obras repartidas por toda su costa este: Nueva York (Gran Estación Central, Museo Americano de Historia Natural,  Iglesia de San Bartolomé, Hospital Monte Sinaí), Washington (Corte Suprema de los EEUU), Filadelfia (Iglesia de San Francisco de Sales), Pittsburgh (Union Station)…

El catalanismo se ha apropiado del apellido del menorquín Jorge Ferragut, héroe de la independencia norteamericana, y de su hijo David Glasgow Farragut, primer almirante de la armada estadounidense, para dar nombre a la citada Farragut Fund. La fundación, pilotada por la catalanista neoyorquina Mary Ann Newman, que nació con el objetivo de “promocionar la cultura catalana en los EEUU”, en el año 2014 se cebó en la monumental obra constructiva de Guastavino en los EEUU con la celebración del Year of Catalan Architecture in New York, en el que se organizaron “exposiciones y programas que celebrarán la arquitectura catalana en la ciudad de Nueva York”. Increíble, ahora resulta que la Gran Estación Central de Nueva York es “arquitectura catalana”. Pero la realidad es que ni Guastavino ni Farragut tenían nada de catalanes.

Rafael Guastavino ni era catalán (nació en Valencia en 1842), ni su técnica constructiva usada y llevada a los EEUU era catalana, era la bóveda tabicada mediterránea usada ya por su tatarabuelo (el arquitecto aragonés Juan José Nadal, que fue el responsable de una veintena de grandes templos distribuidos por Teruel y Levante). La técnica de la bóveda tabicada, que tuvo un gran auge en el reino de Valencia, se difundió desde allí, durante el siglo XV, por los territorios de la Corona de Aragón, extendiéndose en siglos posteriores por España, Francia, Italia y Argelia. La técnica consistía en ir pegando unos ladrillos a otros sin apoyo, en el aire, utilizando yeso, que fraguaba rápidamente y que permitía formar los arcos “autoportantes”.

Guastavino, interesado desde joven por la arquitectura, trabajó de delineante en Valencia. A partir de 1861 prosiguió su formación en la “Escuela Especial de Maestros de Obras” de Barcelona, profundizando en el uso de la bóveda tabicada mediterránea. La novedad de Guastavino fue la sustitución del yeso por materiales modernos, como el cemento portland. De este modo además de las ventajas estructurales y constructivas del sistema de bóvedas se le añadía la resistencia al fuego de los materiales usados.

El importante factor de la resistencia al fuego fue determinante para ganar, en 1876, la Medalla al Mérito en la Exposición del Centenario de la Declaración de Independencia de los EEUU celebrada en Filadelfia por su estudio lmproving the Healthfulness of Industrial Towns. En los EEUU, desde los devastadores incendios de Chicago (1871) y Boston (1872), los constructores y los arquitectos norteamericanos buscaban nuevas técnicas constructivas basadas en la utilización de materiales incombustibles como el cemento portland, el acero laminado y el hormigón. Así fue como, en 1881, Guastavino se estableció en Nueva York para desarrollar su técnica constructiva resistente al fuego.

El “arquitecto de Nueva York” empezó con la construcción de algunos edificios de viviendas, a la vez que procedió a patentar sus procedimientos de construcción de bóvedas resistentes al fuego, la patente llamada Guastavino system. El éxito definitivo le llegó con la construcción de las bóvedas de la Biblioteca Pública de Boston en 1889.  Ese mismo año constituyó la Guastavino Fireproof Construction Company. Tras su muerte en 1908, su hijo Rafael continuó con la empresa familiar, que se liquidó en 1962.

En cuanto a David Glasgow Farragut, era hijo del menorquín Jorge Ferragut que al estallar la Guerra de Independencia estadounidense, en 1775, se hallaba en Santo Domingo como capitán de un carguero. El apoyo de España a la sublevación de las colonias inglesas impulsó al menorquín a ayudar a los rebeldes. Se puso al servicio de los revolucionarios como primer teniente de marina y luego como capitán de caballería. Al finalizar la guerra, en 1783, el héroe menorquín ascendió a mayor de caballería. Su espíritu aventurero le llevó a participar en la conquista del Oeste norteamericano estableciéndose como colonizador en el valle del río Tennessee.

Fue en Tennessee donde nació su hijo David Glasgow Farragut en 1801. Durante los primeros cuarenta años de su fulgurante carrera naval participó en diversos conflictos bélicos contra Gran Bretaña y México donde ganó diversos ascensos hasta llegar a Comodoro. Con el estallido de la guerra civil norteamericana en 1861, organizó el bloqueo de los puertos sudistas para evitar el aprovisionamiento a los Estados Confederados de América. Conquistó Nueva Orleans y en 1864 atravesó el campo de minas de la bahía de Mobile, principal arsenal sudista, al grito de «Damn the torpedoes! Full speed ahead!», dejando la guerra prácticamente decidida. Por sus méritos de guerra el nuevo héroe nacional recibió del Congreso norteamericano el honor del nuevo cargo de Almirante, no otorgado a ningún otro oficial hasta aquel momento.

Con la guerra finalizada, en 1867 Farragut se embarcó con una pequeña flota como embajador plenipotenciario hacia diversos países europeos. El Almirante Farragut visitó Francia, Rusia, Dinamarca, Turquía, Grecia y España, donde recaló en la tierra balear de su padre, la isla de Menorca. Allí fue recibido por las autoridades insulares siendo nombrado hijo ilustre de Ciudadela.

Clama al cielo el expolio catalanista de las figuras del héroe Jorge Ferragut, del Almirante Farragut y del “arquitecto de Nueva York”, Rafael Guastavino, usadas para la promoción de la cultura catalana en los EEUU, ya que, recordemos, ni Valencia, ni Baleares son Cataluña, ni sus habitantes, catalanes.

En cambio, la fundadora y actual codirectora de la Farragut Fund, la estadounidense Mary Ann Newman, sí que recibió en 1998 la Cruz de San Jorge de la Generalidad de Cataluña y en 2016 el Premio Internacional Joan Baptista Cendrós, concedido por Ómnium Cultural al “mejor trabajo en defensa de la lengua, la cultura y la nación catalana”. Desde 2019 es la presidenta delegada del Premio Internacional Cataluña de la Generalidad de Cataluña. Así se pagan los servicios prestados.

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