Éxodo empresarial hacia la Iberoamérica segura

Las Carabelas vuelven a salir de Palos. 536 años después en busca de un nuevo “Eldorado”. Son docenas y docenas de grandes empresarios (Hidalgo, Escarrer, Barceló, De las Heras y un largo etcétera en distintos y muy diversos sectores) los que emigran a República Dominicana donde apuntalar sus negocios cuando en España las condiciones empresariales son netamente desfavorables por mor de un Gobierno que, en el mejor de los casos, les desprecia y en las peores les persigue.

Dominicana, quizá la nación iberoamericana donde los españoles se encuentran mejor que en su propia casa, ofrece estabilidad política -los cuatro partidos con posibilidades de gobernar tienen el tronco común del prócer Juan Bosch-, seguridad jurídica, una aceptable presión fiscal y el reconocimiento social al emprendedor/empresario.

Huyen, en definitiva, de un país, España, donde todas son dificultades, apriete de tuercas, normas que se cambian de la noche a la mañana al albur de unos políticos coaligados en carrera por demostrar quién es el más feroz combatiente empresarial.

Dentro de este nuevo éxodo hay que destacar también no sólo a empresarios; también la nómina de profesionales, arquitectos, ingenieros, profesores, médicos, profesores, enfermeras y gentes de la comunicación.

¿Saben cuál es el secreto? Que en la antigua La Española, primera tierra americana que pisó Colón, mandan políticamente empresarios, esto es, políticos que lo son a fuer de emprendedores que saben lo que vale un peine. Justamente, todo lo contrario de lo que sucede en España donde los políticos han sido siempre políticos y lejos de entender lo que significa levantar la persiana cada mañana se dedican a incendiar la tienda.