Estas son las consecuencias del disparate de convocar elecciones en plena pandemia

Estas son las consecuencias del disparate de convocar elecciones en plena pandemia

Ante la posibilidad de que la Junta Electoral reclute voluntarios para las mesas electorales del 14-F en Cataluña, después de que uno de cada cuatro ciudadanos que tenían que asistir haya presentado recursos (la mayoría relacionados con la pandemia de coronavirus), los expertos jurídicos subrayan lo insólito de una medida que no tiene cabida en la Ley Electoral. Lo de los voluntarios es un disparate más que se añade al disparate de haber convocado unas elecciones autonómicas en plena pandemia. En suma, estas son las consecuencias de dar el visto bueno a unos comicios que, por razones obvias, no se van a poder celebrar con garantías para la salud pública.

Era de prever que miles de personas plantearan recursos justificando su imposibilidad de formar parte de las mesas. La pandemia afecta y complica la vida de un gran número de personas que, objetivamente, tienen razones más que suficientes para excusar su presencia, sin entrar a valorar la mayor razón de peso: que no se le puede obligar a nadie a participar en una jornada electoral si ello supone un riesgo para su salud.

Por muy desinteresado que fuera el ofrecimiento de los supuestos voluntarios -ciudadanos que se apuntaran para suplir a los formalmente convocados que no pudieran asistir-, su figura no está contemplada en nuestro régimen normativo. Y es lógico: ¿quién podría garantizar su neutralidad? Podría darse el caso de que los partidos políticos movilizaran a un legión de ‘voluntarios’. Lo que mal empieza, mal acaba: convocar unas elecciones cuando los indicadores sanitarios demuestran que las concentraciones multitudinarias representan un evidente peligro para la salud es un delirio.

Alguien con sentido común debió pegar un puñetazo encima de la mesa y decir: «¡Estamos locos, cómo vamos a ir a votar en estas circunstancias!». Pero como los intereses políticos de algunos, con el PSOE a la cabeza, han primado sobre el bien común, hemos llegado a una situación surrealista. De aquellos polvos, estos lodos.

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