Despedazarse por la mamandurria

Yolanda Díaz Pablo Iglesias

Sus ideologías son las mismas; sus mitos históricos son exactamente iguales; sus métodos para acceder al poder, similares; surgen del mismo tronco comunista y, sin embargo, se degüellan, vituperan y escupen en una conspiración permanente que les define con mucha más precisión que su consabido cliché de «trabajar para la gente».

Se veía venir. Tengo para mí que la señora Díaz, tan meliflua como inconsistente, no ha valorado bien lo que supone Pablo Iglesias en orden de combate. Se equivoca si pensaba que el soriano al fin y a la postre resultaría como cualquier otro engañado que ha dejado por el camino (Galicia está lleno de ellos). Irá a por ella por tierra, mar y aire, y el antiguo vicepresidente de Sánchez dejó muestras sobradas de que no se para en barras para cobrarse una traición. En este combate a muerte no le faltan razones a Iglesias. Porque, tan listo que se creía el muchacho, Sánchez le engañó a la vez que Díaz, y por Díaz a la vez que Sánchez. Por corto, en estos leninistas con iPad siempre me llamó la atención su capacidad para las conspiraciones de salón entre camaradas y la determinación por el acuchillamiento sumario. Esto es lo que está ocurriendo estos días por la desinflada ultraizquierda española que chapotean unos en el oropel del presupuesto público y otros en la melancolía tras haber sido destronados.

La única diferencia entre Sumar (más bien Restar, ¿no?) y Podemos es que los primeros están sentados en el coche oficial con chófer, en ocasiones subidos al Falcon –todo ello sufragado por el sufrido contribuyente al que pretenden seguir sangrando–, y los segundos han comprado el frío que hace en Galapagar cuando entran en el túnel de los ex. Y me da que la vieja monserga de que han llegado a la política para defender a los menesterosos ya no cuela, aunque coló en su día con más de cinco millones de votos.

En definitiva, son lo mismo que lo mismo son. Unos en el machito; otros, sentados en la melancolía.

¡No te arriendo la ganancia, Yolanda! La ira de Pablo puede ser infinita.

PD. Y como el dinero les priva a unos y a otros, subrayar que Podemos recibirá del Congreso una subvención en el Grupo Mixto de 227.600 euros y Sumar 169.000 menos. La venganza ya ha comenzado.

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