De cómo la ley Montero ha beneficiado a La Manada y condenado a su víctima
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Que la ley del sólo sí es sí de Irene Montero constituye el engendro legislativo más infame de la democracia es una evidencia, pues no sólo ha beneficiado a centenares de agresiones sexuales, sino que ha supuesto un castigo añadido a sus víctimas. Un ejemplo: la víctima de La Manada se arriesga a otra condena en costas por oponerse de nuevo a una rebaja de pena. Según un escrito presentado por su defensa al que ha tenido acceso OKDIARIO, la joven se opone a que se le rebaje la pena a otro de los condenados en aplicación de la ley. «Los hechos fueron y continúan siendo muy graves», esgrime su abogada en un escrito de alegaciones en el que trata de frenar la reducción de pena pese a ser condenada en costas cuando el Tribunal Supremo, en aplicación de la infame norma, confirmó la rebaja de 15 a 14 años para uno de ellos.
El abogado de La Manada ha solicitado este mes de febrero que se revise la pena de dos de los condenados, una petición lógica habida cuenta de que la ley lo permite. En concreto, se trata de José Ángel Prenda y Jesús Escudero. La defensa esgrimió que la pena impuesta se aproxima al mínimo legal previsto, interesando para los penados la reducción de prisión de 15 años a 14 años.
Por supuesto, la víctima se opone con el argumento de que «los hechos fueron y continúan siendo muy graves, y la actitud de los hoy penados, posterior a los mismos, aumentó la culpabilidad del injusto, o la antijuridicidad de su conducta, y que justificó la imposición de una pena superior a la mínima legalmente prevista para el delito cometido». Una respuesta impecable, que, sin embargo, está condenada a caer en saco roto. Todo porque la ley del sólo sí es sí beneficia al violador y condena a la víctima al absurdo de recurrir sin éxito una norma injusta pagando encima las costas.