El CNI hizo lo que debía; el fallo de seguridad fue de La Moncloa

El CNI hizo lo que debía; el fallo de seguridad fue de La Moncloa

En una carta firmada en abril de 2021, la directora del CNI, Paz Esteban, advirtió a La Moncloa y otros ministerios de que la «proliferación de ataques dirigidos y el robo de información sensible representan una realidad incuestionable». La comunicación, por si alguien tenía dudas, se incluía dentro de un manual técnico sobre los Sistemas de Comunicaciones Móviles Seguras, elaborado por el Centro Criptológico Nacional. La información trasladada a La Moncloa fue enviada a la subdirección general de Tecnologías de la Información y Comunicaciones, dependiente de la secretaría general de Presidencia del Gobierno, que en esa fecha ostentaba el hoy ministro de la Presidencia, Félix Bolaños.

Obsérvese que la comunicación se produjo un mes antes de conocerse que el programa espía Pegasus robó información de los teléfonos de Pedro Sánchez y Margarita Robles en mayo y junio de 2021. Paradójicamente, el Gobierno ha trasladado la responsabilidad de lo ocurrido al CNI, cuya directora alertó de forma insistente de la amenaza que se cernía. Y para poner a los pies de los caballos a la máxima responsable de los servicios secretos se ha inventado la historia de que el pasado fin de semana se había confirmado el espionaje a los móviles del jefe del Ejecutivo y la ministra de Defensa, algo que ocurrió hace casi un año. Parece obvio que el Gobierno ha decidido entregar la cabeza de la directora del CNI a los separatistas y para ello no ha dudado en vender un falso relato de los hechos que, por extensión, cuestiona también a la ministra de Defensa. Margarita Robles fue muy clara cuando derivó la responsabilidad de lo ocurrido sobre el hoy ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, que es quien recibió la documentación con la carta de la directora del CNI, advirtiendo del peligro.

Que nadie se engañe: lo que está pasando es que Pedro Sánchez ha decidido abrir en canal el CNI porque su objetivo es congraciarse con los separatistas catalanes, que han amenazado con negarle su apoyo a raíz del presunto espionaje del que fueron objeto varios dirigentes independentistas. La ignominia es de tal naturaleza que provoca escalofríos. A la hora de elegir entre la directora del Centro Nacional de Inteligencia y los golpistas catalanes, Sánchez ha elegido a los golpistas catalanes.

 

 

 

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