El ‘caso Koldo’ es el ‘caso Sánchez’

El ‘caso Koldo’ es el ‘caso Sánchez’

Parece obvio que el caso Koldo -el entramado liderado por Koldo García, ex asesor del ex ministro José Luis Ábalos en Transportes, implicado en un escándalo de cobro ilegal de comisiones en la adjudicación de contratos relacionados con la compra de mascarillas durante la pandemia- trasciende en mucho a la tosca figura de este personaje de turbio pasado que llegó a manejar las materias más sensibles de un departamento ministerial clave. Lo ocurrido no acaba en Koldo, sino que empieza, porque todo apunta a un clan cuyos tentáculos afectan directamente al PSOE y al Gobierno. Koldo no era un desconocido, sino un personaje que conocía de primera mano los manejos de Ferraz y que servía tanto para un roto como un descosido en un partido que está obligado a dar muchas explicaciones.

Con independencia de que sea la investigación judicial la que determine la gravedad penal de lo ocurrido, hay otra cuestión básica a la que los socialistas tendrán que enfrentarse. ¿Cómo es posible que un tipo cuyo perfil está netamente orientado a la pura y dura intimidación fuera elevado a la categoría de asesor y consejero en un ministerio, otorgándole un papel clave en la gestión de asuntos que requieren de una capacidad profesional  incompatible con lo que era y es el tal Koldo García Izaguirre? ¿Cómo es posible que alguien así ocupe altas responsabilidades en la Administración del Estado? ¿Y cómo se explica que tuviera la capacidad de influir en otros ministerios y en no pocos gobiernos autonómicos del PSOE? El caso Koldo es el caso Sánchez, porque es imposible que tan alta capacidad de maniobra no fuera fruto del consentimiento de las más altas instancias de un partido que le dejó hacer y que ahora no puede, bajo ningún concepto, hacerse el sorprendido. Estamos sólo en los albores de un escándalo de múltiples ramificaciones que afecta de lleno y compromete al partido del Gobierno.

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